viernes, 13 de julio de 2012

SI, SI, SI NOS VAMOS A POLONIA




PreámbuloMiércoles 23 de Mayo: Sólo quedan 15 días para embarcarnos en Girona rumbo Gdänsk y aunque aún no he comenzado con los preparativos ya vuelvo a tener la emoción previa a los grandes momentos, comparable a Behovia. En honor a la verdad he de reconocer que con buen criterio algún preparativo ya iniciamos hace 3 meses reservando vuelo y hotel y solicitando entradas a la Uefa. Aunque solo nos concedieron para el partido España-Irlanda confiamos en poder asistir al enfrentamiento latino por antonomasia, España-Italia.
Incluso he contado con la inestimable información de una chica polaca, Basia, que conocí durante mi visita a Alemania para un curso de formación. Ya tengo un listado de actividades a realizar, lugares a visitar e información gastronómica .
Espero también que la diosa “Tempus” nos permita bañarnos en el mar Báltico.
Hoy he comenzado la lista de cosas a incluir en el equipaje. Seguro que iré añadiendo pero también es seguro que algo me dejaré así que le he propuesto a Victor cruzar nuestras listas (pocos secretos se revelarán) para hacerlas más completas.
Miércoles 30 de Mayo: Un poco más cerca de Gdänsk con las tarjetas de embarque ya impresas. Hoy Victor me ha calentado la cabeza con unos polacos culés amigos de un amigo suyo. Y como los amigos de mis amigos son mis amigos…ya tenemos anfitriones para la fiesta en Gozniak, a pocos km de Gdänsk.

Día 1
El día comienza a las 5:45 y a diferencia de lo que ocurriría un día cualquiera, a toque de corneta estaba en pie y despertando a Victor. El aeropuerto de Girona era una romería de camisetas rojas y no sería el único lugar donde se plasmaría la “supremacía hispánica”. El viaje para Victor sería de felices sueños, mientras yo me imbuía del espíritu Kilian a través de su libro.
Recogidas las maletas y tras poner en práctica nuestro incipiente nivel de inglés estábamos camino de Elblag. Antes nos habíamos dejado timar en el cambio de dinero del aeropuerto y aprendimos que debemos planificar mejor la logística. A saber: en el autobús unos almerienses nos dijeron que hoy tocaba Pitbull en el fan zone de Gdansk a las 18:00. Eran las 12:00 y sin pensarlo habíamos comprado billetes de tren a Elblag donde no podríamos estar más de 1 hota para dejar maletas y poco más. Pero al ir al McDonalds vimos unas consginas donde bien hubiéramos podido dejarlas y evitarnos ida/vuelta. El caso es que a las 5 estábamos de vuelta en autobús a Gdánsk bebiendo cerveza y comiendo patatas y recordé los viajes escolares en autobús donde a escondidas nos poníamos tibios a calimotxo y cerveza. Ahora ya con 25 años más…

Ya en la fan zone la primera sorpresa fue cuando vimos que los “pelotis” (moneda de Polonia) no servían para pagar. Había que comprar una tarjeta prepago que fuimos recargando a medida que las cervezas iban cayendo. Pero no todo era beber, en Polonia también se come bien incluso en los lugares de aglomeración de guiris donde saboreamos un exquisito Golonka. Y en esas estábamos cuando salió Pitbull a escena y la muchedumbre enloqueció y he de reconocer que por momentos nosotros también. Aunque la mayor parte del tiempo reimos observando como un polaco intentaba seguir sin éxito el ritmo de su pareja o como la conga iniciada por los españoles quedaba cortada en las vallas de la zona VIP.
Llegó el cierre y ya nos habíamos informado que la noche debía seguir en Parlamento. No hay nada de especial en la noche polaca que no tenga la noche española. Buenos dos cosas si: las tarjetas prepago seguían funcionando como medio de pago y que las mujeres tienen cuerpos de ensueño. A las 4 ya era hora de recogernos y buscar el tren de vuelta.
 
Nuestros ojos no podían ocultar el cansancio de un día intenso y lleno de risoterapia. Si la comida es de notable el idioma nos complicaba el entendimiento en cada momento ¿Qué cómer? ¿horarios de transporte? ¿Cómo localizar los lugares para cambiar dinero? Finalmente a las 6 encamados





Día 2
Mi reloj vital me despertó a las 9:30 con tiempo para probar el desayuno del hotel. Victor remiso al principio acabo por acompañarme cuando estaba con el café. Cual veinteañeros con resaca volvimos a dormir hasta las 12:30 para levantarnos como nuevos. Camino del entreno de la roja acabo de escribir la crónica, interrumpida cada vez que el autobús rectificaba su trayectoria para dejar paso a los coches que aparecían en formación de 3 incluso a pesar de las restricciones de adelantamiento.

Quien nos iba a decir que la ilusión con la que soportábamos trenes y autobuses hasta Gwienevino se tornaría en decepción y cabreo al ver que el entreno se había cambiado a las 11 am con un sospechoso comunicado a última hora de la noche a los periodistas. 3+3 horas para al final acabar conversando en inglés con una joven polaca fanática del barsa que se había metido 7 horas para el mismo resultado que nosotros. Y compartir autobús de regreso con unos españoles de erasmus. Para colmo la Susana Guasch nos subió la ventanilla del coche momentos antes de intentar hablar con ella. Seguro que Sopot nos compensa por ello esta noche…
Eran las 3 cuando volvíamos camino de la estación de tren. Al ver la cola en las máquinas de tickes e intuyendo que no sabríamos sacar el billete (no hay ni una sola palabra en polaco que puedas intuir su significado) decidimos entrar en el tren sin billete como hacía la mayoría de adolescentes que como nosotros iban de retirada. Y como ellos nos vimos recorriendo todo el tren delante del revisor aunque a Victor a punto estuvieron de detenerlo. En fin que la historia en el hotel sería la misma que el día anterior.

Día 3

Hoy tocaba turismo y después de comer en el hotel camino de Malbork a visitar un castillo teutónico que finalmente no veríamos por dentro porque como siempre lo mejor de estos lugares está por fuera y no en el precio por entrar. En su lugar tomaríamos una cerveza en sus alrededores mientras esbozábamos nuestras vacaciones para el próximo año…Vietnam? Camboya? Thailandia? y hacíamos un firme propósito de estar en Brasil para la copa del mundo. Ya se que quedan 2 años pero hay que empezar a llenar la hucha.

Día 4
Ir a dormir pronto te permite levantarte pronto, alquilar una bici en Gdansk y pedalear por el carril bici que recorre las playas hacia Sopot. Por un momento me veía en el carrilet un domingo por la mañana pero el gentío hablaba un idioma que no entendía… Estaba desobedeciendo al fisioterapeuta que me dijo “nada de correr ni bici” aunque no del todo porque me adelantaban abueletes, mujeres y niños. Después de mojarme en el Báltico y comer en un chiringuito de playa nos acercábamos al momento del día: conseguir entradas para España-Italia.
Presagiando que la suerte nos acompañaría habamos decidido ponernos las pinturas de guerra. Y así fue, después de las primeras tomas de contacto para sondear el mercado conseguimos 2 entradas para el fondo español por 50 euros menos de nuestro tope máximo. Así que para adentro como dos niños llenos de entusiasmo. El ambiente era contagioso y rapidamente empezamos a bailar, cantar, reir,… Estábamos dispuestos y motivados para la gran batalla que nos esperaba contra el ejército Azzurri. Con lo que no contábamos era con la “inestimable colaboración” de 4 sevillan@s y sus castañuelas que para nuestra sorpresa se colocaron a nuestro lado. El resto es de sobra conocido aunque no compartido de igual manera por Victor y yo lo que nos llevó a nuestra primera discusión futbolística con Del Bosque como responsable.
Nuestras fieles compañeras de hoy, las bicis, nos aguardaban a la salida así que como vinimos nos fuimos a devolverlas con 3h de retraso. El chico que nos atendió entusiasmado con España y su gastronomía se olvidó de cobrarnos el extra. Y nosotros orgullosos de que se aprecie tanto nuestro país nos olvidamos de devolverle los candados. Esta es la historia del primer gran día en Polonia.

Dia 5
A la mañana siguiente nos topamos en el desayuno con dos malagueños, de donde sino iban a ser, allí estaba media andalucia siguiendo a La Roja. Estos habían volado a Vraclaw y alquilado un coche que acabaríamos compartiendo para poner otra cruz en los lugares visitados. Sería una zona de playa que me recordaba por los bosques cercanos a Menorca. Fue el primer gran día de sol, cerveza (de esto sería uno más) y baño. Para mi sorpresa el agua del Báltico no está salda y en los primeros metros tiene un color verdoso, al parecer por las microalgas?
No se trataba de una zona especialmente turística como Sopot pero el dueño del chiringuito nos quiso timar como guiris que éramos. Tras un pequeño intercambio de opiniones la cuenta se rebajó 40 zl. Antes habíamos charlado 2 h sobre futbol, lugares visitados por ambos, mujeres y hasta un poco de trabajo porque nuestros colegas trabajan en San Miguel.
El día se acabó viendo el partido Francia-Inglaterra en la fan zone donde volvimos a encontrar a un polaco con el que habíamos coincidido el sábado allí mismo. Trabaja en Noruega donde cobra alrededor de 3000 euros en la cocina de un Tapas Bar por lo que era capaz de recitarnos de memoria las principales delicatessen españolas.

Día 6
Hoy tocaba intensivo de Gdansk, cerveza y futbol, en este orden. Visitamos las calles más bonitas y comerciales donde Oscar, apasionado por el ámbar, compró un collar para alguien áun por decidir y el resto postales. Cuando la lluvia empezó a amenzarnos con un cielo cada vez más oscuro decidimos que era el momento de ponernos a salvo bajo el toldo de un bar y seguir incrementando la media de litros/día. Al contrario de lo que podais pensar no ibamos de hooligans descontrolados por el efecto del líquido dorado aunque yo necesitaba ingerir algo sólido porque empezaba a sentir esa chispilla previa a la algarabia. Como era normal de nuevo nos la intentaron colar porque hoy los guiris de la costa brava eramos nosotros con la camiseta de La Roja. Mientras comíamos al lado de “zipi y zap” se produjo el momento typical spanish:
-    zipi era una impresionante rubia
-    zape su amiga gordita morena
-    para completar el comic faltaba el malagueño enterao que les pdió una foto con cada una cuando todos sabíamos que acabaría borrando una y colgado la otra en el facebook para envidia de sus colegas
Y entre risas y cánticos croata-irlandeses se nos hizo la hora de ir a la fan zone. Nuestro objetivo del día era vivir el futbol con los polacos aunque para ello aún quedaban 4 horas que fuimos matando como siempre y alguna cabezadita en la hierba. Realmente el partido Chequia-Grecia no nos interesaba mucho. Conforme se acercaba la final se notaba que la tensión y afluencia de polacos aumentaban. “Polska blanca y roja es…” se convertiría en el himno de la Eurocopa y es posible que en nuestra canción del verano. Vivir el himno polaco en medio de esa marea blanquiroja no se puede explicar aquí. Eso es sentir un país a través del futbol, tan contagioso que acabamos botando con ellos en el gol y de puntillas esquivando cabezas por delante para poder ver los últimos minutos del partido.
Afortunadamente la violencia posterior solo la presenciamos por la tele en el hotel horas después del paseo nocturno por Gdansk. En la plaza el despliegue policial propició que la apasionada celebración por el empate conseguido se quedara ahí. Incluso se respiraba buen rollo con los antidisturbios viendo las fotos que se hacían junto con la hinchada mientras rodean la fuente de Neptuno.

Día 7
El miércoles todos estábamos de acuerdo en que necesitábamos descanso y un paseo por el lago Druzno sería ideal. Pero los planes no siempre salen bien y eso que algo debiéramos haber intuído cuando al parar en una gasolinera “Mario Bros” parecía indicarnos que no fuéramos al lago. Todo lo que entendimos es que era un parque natural donde no se podía nadar, pescar, ni siquiera acceder con el coche. “Pero caminando si se podra?” le insistimos nosotros, pero el “Ñe, Ñe” que viene a ser No. “Joder con los polacos si que son tikis mikis con sus lagos”. “Pues se van a joder que nosotros vamos…” Primeros escarceos por la zona, la carretera que cada vez se hace más estrecha (eso si nos lleva por zonas rurales bonitas), el asfalto que desaparece y se convierte en dos roderas de cemento. Esto nos obliga a disminuir la velocidad y comenzar un debate acerca del lago: “que tiene que estar por ahí”, “para mí que se ha secado y la espesa vegetación que vemos son los vestigios”. Parada en el pueblo con suerte a medias pues encontramos, por fin, alguien que habla inglés mejor que nosotros. Lástima que no era de allí y nos indicó a grandes rasgos como buscar el lago si es que existía. Vuelta hacia Elblag para llegar a la conclusión que el lago debió existir pera ya es historia. Tamaña decepción debía resarcirse cual grupo de mujeres yendonos de compras. Nuestra decepción continuaría varias horas porque los precios nada que envidiar a los de España cuando hablamos de marcas conocidas y la única calle decente de Elblag estaba vacía. El día fue de más a menos lo que nos dio el necesitado descanso para el 2º día D de nuestra estancia polaca.

Día 8
Al día siguiente pronto al desyuno para llegar antes de que se acabaran los yogourts, tiempo libre en la habitación para que cada uno haga lo que quiera:
-    Victor TV
-    Raúl crónica
-    Malagueños maleta, después del partido tenían 7h de coche hasta vrclaw donde salía su vuelo a la mañana siguiente. Había un compromiso de volvernos a ver porque habíamos hecho buenas migas. Andaluces y catalanes, del Madrid y del barsa, ¿por qué siempre no empeñamos en buscar discrepancias donde no las hay?
El plan para hoy es un poco de playita en Sopot, vuelta a Gdansk para mezclarnos con los irlandeses, ver la mitad del partido Italia-Croacia en la fan zone y para el campo.
¿saldrán los planes esta vez?
En Sopot no hacía para playa y en Gdansk era imposible no mezclarse con los irlandeses porque nos triplicaban en número y se apuntaban a cualquier conato de algarabia de españoles. He de reconocer que hay pocas aficiones (quizás ninguna más) con la que puedas cantar, bailar y beber  hermanado antes de un partido sin que acabe de una u otra manera con algún conflicto. Con irlandeses es posible. Tal fue la comunión y el ambiente que allí se montó que el partido Italia-Croacia en la fan zone quedó en segundo plano hasta el momento de nuestro partido.
Momento que fue interpretado por casi todos a la vez pues la marea humana comenzó a desplazarse hacia la estación de tren. Y una vez allí a coger posición en la parrilla de salida que formaba el cordón policia. Preparados, listos y… comienzan las rebajas del Corte Inglés. Ya en el tren todo seguía igual y no pararía en todo el día. Tantas horas cantando mi gargante lo acusaría. Mi cabeza también acusaría al día siguiente tanta cerveza pero aún tocaba vivir y de que manera el partido. Fueron las 2 horas más intensas que recuerdo en mucho tiempo. Ahí estaba yo de pie subido a la vaya y el asiento que se bajaba agitando mi bufanda. Solo me flataba una bengala para spanish-radikal. Al final del partido buen resultado y uno de los momentos más emotivos en mi estancia polaca. Minuto 87, Irlanda pierde 4-0 y toda la afición irlandesa cantando su himno hasta bien acabado el partido. En aquel instante lo que ocurría en el césped perdió interés para mí y “desperté” camino de la parada de tranvía que nos llevaría a la última polis parti night, que se podría resumir en que Victor triunfó y yo volví solo al hotel.

Día 9
A la mañana siguiente tuve que hacer tuve que hacer un paréntesis laboral para llamar desde mi telefóno de empresa y pedir el nº de Victor. Mi móvil estaba apagado en mi cazadora que guardamos en la mochila, que a su vez estaba en el guardarropa del cual Victor tenía la placa. Afortunadamente había metido 50euros en mi pantalón que me permitieron sacar el billete del tren de vuelta.
Con un pelín de resaca intento plasmar lo vivido el día anterior mientras hago tiempo hasta que Victor regrese con un coche de alquiler que nos llevaría de nuevo al Báltico. Hoy siento frío, pero Victor no quiere irse sin probar las nada saladas aguas de este mar.
El frío comienza a notarse y nosotros lo combatimos con una copa de helado…dentro del coche con la calefacción encendido. Acaso la Eurocopa nos ha trastornado?

Día 10
Sábado y penúltimo día. Después del punto álgido del jueves noche vamos cuesta abajo y nuestras últimas horas transcurren paseando y recordando lo vivido. Hoy nos visita Basia y los tres hemos paseado por Gdansk y lamentablemente hemos visto como Polonia quedaba fuera de la siguiente fase. Mañana será nuestro último día de la aventura polaca. Con que me quedo?
-    con muchas risas y buenos momentos
-    con un reset de toda mi cotidianidad para lo bueno y no tanto
-    y espero reencontrarme de nuevo, como consecuencia de lo anterior
Buenas noches…

Día 11
Lo que se presuponía como un día de transición todavía me deparó una sorpresa agradable. Aprovechando el ofrecimiento del día anterior del dueño del hotel a las 9 me dispuse a dar 4 pedalas con la intención de encontrar el canal de Elblag a Ostroda. Mira que dimos vueltas para alquilar bicis y las ganas que tenía Juan cada día de anda de mañanita en bici, pues al final nos llego sin buscarlo ni pensarlo.
Mi instinto me fue llevando hacia el bosque y sin darme ni cuenta me encontraba pedaleando por “La Fageda”. Un sin fin de caminos de tierra oscura flanqueados por árboles espigados que más valía no recorrerlos para no acabar perdido, así que camino central llenos de bicis y caminantes rompiendo el silencio. Un abuelote me pasa con sus 2 nietos y por un momento sentí cierta envidia de lo orgulloso que iba. Acaso se están acabando mis días de llanero solitario?
Más tarde ya en Gdansk el dilema era que hacer con las maletas desde las 2 que debíamos dejar el coche hasta las 7 que cogíamos el autobús al aeropuerto. Ya se ue hay consignas para eso pero se nos ocurrió algo mejor: dejamos el coche en el parking con las maletas y el ticker de la hora de entrada para que vean “que cumplimos”. Como hoy no hay nadie atendiendo el mostrador de Avis nos quedamos las llaves hasta la hora de marchar y de paseo, ahora si, por última vez.
El último día descubrimos por qué los polacos son como son. Ellos mazas, pero viendo los platos que sirven cuando vas a un restaurante como Dios manda no me extraña. Con 3 platos tuvimos para comer y para el picnic de la cena en el aeropuerto. Ellas con piernas de pasarela y la delantera del barsa, pero según el españolito de turno era por el agua. Iba a llamar a Artur Mas para decirle que en lugar de comprar el agua a Francia lo hicieran a Polonia. Era como sacado de una película de Paco Martinez Soria.
Pero es que en el avión los cuatro acompañantes que teníamos podían formar parte del reparto de Torrente IV. Por una ocasión estaba esperando ansioso la monótona voz de las azafatas con todo lo que se debe y no se debe hacer en un avión. Y cuando se acababa Victor fuera de juego durmiendo y yo de nuevo con la compañía de Kilian.
A la 1 de la mañana volvía a mi dulce hogar FELIZ

viernes, 1 de junio de 2012

EN BLANCO

No de pensamiento e ideas, sino más bien al contrario. Tampoco del Madrid sino culé y de Guardiola “fore ever”.
Lo que ocupa mi cabeza en mi vigilia y que hace que a las 6 de la mañana de un miércoles esté con actividad cerebral más allá de la propia de un dulce sueño es nuestra inacción ante lo que está pasando.
Quien no ha escuchado despotricar de la clase política actual y de ciertos ejecutivos de alto nivel. Quien no se ha escandalizado y rasgado las vestiduras ante la construcción de un aeropuerto colosal que no tiene vuelos.
Y que no decir de ejecutivos de bancos y cajas rescatadas para principalmente pagar la jubilación de quienes las han llevado a tal situación.
Pero todo lo que se nos ocurre es descargar la parte de responsabilidad propia en los demás. Eso sí cuando llega el momento de la verdad, el de pasar de las palabras a la acción (manifestándonos en la calle, por ejemplo) nos quedamos en casa viendo el partido o nos vamos a tomar una cervecita con los colegas.
Ni siquiera una vez cada 4 cuatro años tenemos la valentía de votar en consecuencia con todo lo que decimos y supongo pensamos. Porque en este desastre nacional la balanza no se inclina hacia ninguno de los partidos mayoritarios. Más bien se reparten a partes iguales despropósitos y actos propios de sinvergüenzas.
Y sin embargo, acaban teniendo el respaldo en las urnas de la mayoría de los españoles. Lo siento señores, pero tampoco vale con no ir a votar para manifestar vuestro desacuerdo porque eso es lo que hace mucha gente por desgana, por enfermedad o porque tienen un compromiso “insalvable”. Total por un voto…
Yo voto en blanco porque con ello digo que ninguna de las propuestas existentes tiene mi confianza, porque no quiero que se sigan riendo de mi a la cara, porque lo que pienso y digo debe estar en consonancia con lo que hago. Y porque si muchos hicieran lo mismo tendríamos legitimidad para cambiar la actual ley electoral que ignora a todos los españoles que piensan y actúan como yo.
La representatividad en el Congreso y Senado debe estar ponderada por el número de españoles que confían en ellos y con un voto en blanco estoy diciendo que ningún político quiero que me represente ya sea a nivel nacional, autonómico o local como ocurre en algún país de Europa y es de sentido común.
Por todo lo anterior y muchas otras razones YO VOTO EN BLANCO. Y tú, QUE HARAS?

lunes, 28 de mayo de 2012

TO BE OR NOT TO BE

Ser feliz viviendo emociones intensas y a costa de infelicidades también intensas que hacen valorar aún más los momentos felices o pasar por esta vida sin más pena que gloria por miedo a sufrir. Ignorar todo lo que pasa a tu alrededor o involucrarte en la medida de tus posibilidades. Huir de los que comparten tu espacio vital y despiertan tu interés o compartir con ellos. Vivir para ti o intentar transmitir a los demás tus ganas de vivir.
A veces fugazmente hecho la mirada atrás y recuerdo momentos difíciles que me provocan la necesidad de vivir en mi “propia burbuja”: esperando que lleguen las 6, solo en casa o en la montaña y sufriendo únicamente las situaciones desagradables que yo genero.
En ocasiones esa mirada atrás me lleva a momentos alegres y la sonrisa aflora por si sola. Ninguno de esos momentos me pertenece en exclusiva porque siempre hay alguien ahí. Incluso hay personas que aparecen en ambos y con el paso del tiempo siempre prevalecen las sonrisas.
En el olvido quedan los desazones y discusiones con la chica que durante tiempo ocupo mi corazón (incluso más allá de nuestra ruptura) y solo recuerdo como me brillaban los ojos el día que asistía en su compañía a la boda de su hermano.
Casi en el olvido quedan las discusiones familiares previas a la separación de mis padres y con frecuencia me emociono cuando mi madre me recuerda como movía las patitas delante de ella con 2 años por las carreteras de acceso a Valladolid de buena mañana camino de la Clínica. Gracias a ella un renacuajo asmático se ha convertido en un hombre que ha disfrutado del deporte y sigue haciéndolo.
Ya apenas recuerdo las taquicardias previas a los exámenes de junio en mis primeros años de universitario y me siento orgulloso de que mis amigos de siempre y compañeros de universidad asistieran a la lectura de mi proyecto fin de carrera.
¿Como puedo, pues, aislarme de todos esos momentos de felicidad suprema?
Como voy a renunciar al éxito profesional o más bien a la satisfacción del trabajo bien hecho.
Como voy a dejar de compartir unos chatos con mis amigos de siempre
Como voy a dejar pasar un solo día sin escuchar la voz de mi madre al otro lado del teléfono
Estoy seguro que algún día volveré a abrir las puertas de mi corazón a la mujer que de nuevo haga brillar mis ojos

QUIERO COMPARTIR MI FELICIDAD