miércoles, 16 de junio de 2010

LOS GEMELOS GOLPEAN DOS VECES

De nuevo Joan y Raul en ruta (espero el reencuentro con Pere, Jordi y J Prat entre otros) aunque esta vez cruzando la frontera hacía Prades de Conflent a donde llegamos hacia las 8:30. En el parking que elegimos había otros bikers franceses con pinta de kamikazes del descenso. Entre preparativos varios estábamos pedaleando a las nueve dirección antena de telecomunicaciones y sobre unas rampitas duras aunque al menos al principio asfaltadas. Por una pista de buen hacer el primer descanso llegó en el Pla Balençou. Pero si hablamos de dureza la ascensión al Canigó (al fondo) la supera y con creces. Quien sabe quizás algún día lo pruebe. Mientras tanto sigo dispuesto a tomarle la medida a los pedales automáticos y si Joan anda más rápido hubiera captado mi primera galleta intentando girar casi de parado.

Dos compañeros tuvimos en nuestra ruta: el primero un "abuelete" (pero vaya cachavas que tenía) francés que andaba perdido o quizás eso creía el de nosotros porque a pesar de mi incipiente francés no conseguía entender lo que nos decía cuando se paró a nuestro lado. Nos habíamos parado para consultar el GPS en el Col de Bigues para decidir por donde continuábamos.

Y lo hicimos por este camino guapo de verdad. Es aquí donde encontramos a nuestro segundo compañero de ruta y parece que se convertirá en un clásico: otro ganado de vacas que a diferencia de las del otro día optaron por la alternativa más difícil, a saber, salirse del camino montaña arriba para descontento y cabreo del pagés que iba a cola guiandolas.




Y al final del camino esta panorámica










Antes otra bonita foto nada habitual en esta época del año y no lo digo por el biker


Aqui toco la primera para y fonda porque lo que nos quedaba daba un poco de miedo aunque por razones bien diferentes a cada uno. A mí lo que me preocupaba era la ascensión por semejante terreno y rampas. A Joan la previsible tormenta que nos pillaría allí arriba. Cada uno venció sus miedos y parriba a costa de tener que caminar más que pedalear y más aún en mi caso. Pero tuvimos suerte porque arriba el día estaba suficientemente claro como para disfrutar de una de las mejores vistas que recuerdo y además en 3D y 360º (País Càtar, Carcassonne, el Pays d'Aude, Pech de Bugarach, Mont Tauch, Forêt de Boucheville). Aún así Joan le ponía un pero y es que "les muntanyes més altes no es veien perquè hi havia molts núvols i boira". Yo sigo pensando que era una vista dpm.






La bajada fue más confortable y tras sopesar mi estado físico Joan amáblemente aceptó olvidarnos de los dos últimos repechos y continuar por una pista que nos sacaría a la carretera. Y así serían los últimos 20 km. Cierto es que el trayecto no fue tan divertido pero al final saldrían 65 km y yo debía ir asimilando km sin sufrir en exceso para seguir con mi afición por el btt y no acabar aparcando la bicicleta en un rincón del garaje. Pues como iba diciendo... la carretera nos llevaría hacia Mosset, bonito pueblo medieval, con vistas a las gorgues de la castellane y de ahí Prades de Conflent donde finalmente llegamos a las 15:30.













Y de nuevo decidimos que la mejor forma de acabar esto era con un buen yantar. Esta vez elegimos algo nada casero: el gran buffet de La Jonquera. A groso modo diré que me levanté de la mesa 6 veces (primero, segundo, tercero, postre 1 y postre 2 para acabar con cafelito). Variado y bueno pero aunque parezca mentira sin desabrochar ni un solo botón del pantalón.