Dos compañeros tuvimos en nuestra ruta: el primero un "abuelete" (pero vaya cachavas que tenía) francés que andaba perdido o quizás eso creía el de nosotros porque a pesar de mi incipiente francés no conseguía entender lo que nos decía cuando se paró a nuestro lado. Nos habíamos parado para consultar el GPS en el Col de Bigues para decidir por donde continuábamos.
Y lo hicimos por este camino guapo de verdad. Es aquí donde encontramos a nuestro segundo compañero de ruta y parece que se convertirá en un clásico: otro ganado de vacas que a diferencia de las del otro día optaron por la alternativa más difícil, a saber, salirse del camino montaña arriba para descontento y cabreo del pagés que iba a cola guiandolas.
Y al final del camino esta panorámica
Antes otra bonita foto nada habitual en esta época del año y no lo digo por el biker
Aqui toco la primera para y fonda porque lo que nos quedaba daba un poco de miedo aunque por razones bien diferentes a cada uno. A mí lo que me preocupaba era la ascensión por semejante terreno y rampas. A Joan la previsible tormenta que nos pillaría allí arriba. Cada uno venció sus miedos y parriba a costa de tener que caminar más que pedalear y más aún en mi caso. Pero tuvimos suerte porque arriba el día estaba suficientemente claro como para disfrutar de una de las mejores vistas que recuerdo y además en 3D y 360º (País Càtar, Carcassonne, el Pays d'Aude, Pech de Bugarach, Mont Tauch, Forêt de Boucheville). Aún así Joan le ponía un pero y es que "les muntanyes més altes no es veien perquè hi havia molts núvols i boira". Yo sigo pensando que era una vista dpm.
La bajada fue más confortable y tras sopesar mi estado físico Joan amáblemente aceptó olvidarnos de los dos últimos repechos y continuar por una pista que nos sacaría a la carretera. Y así serían los últimos 20 km. Cierto es que el trayecto no fue tan divertido pero al final saldrían 65 km y yo debía ir asimilando km sin sufrir en exceso para seguir con mi afición por el btt y no acabar aparcando la bicicleta en un rincón del garaje. Pues como iba diciendo... la carretera nos llevaría hacia Mosset, bonito pueblo medieval, con vistas a las gorgues de la castellane y de ahí Prades de Conflent donde finalmente llegamos a las 15:30.
Y de nuevo decidimos que la mejor forma de acabar esto era con un buen yantar. Esta vez elegimos algo nada casero: el gran buffet de La Jonquera. A groso modo diré que me levanté de la mesa 6 veces (primero, segundo, tercero, postre 1 y postre 2 para acabar con cafelito). Variado y bueno pero aunque parezca mentira sin desabrochar ni un solo botón del pantalón.