miércoles, 15 de diciembre de 2010

ESTA VEZ SI

Esta vez si habíamos quedado bien prontito para tomar un cafelito. Esta vez si vendría Jan Prat que no había sido compañero de cabalgadas desde la ruta por Bescanó. Esta vez también pasaríamos frío como mi primera aventura con el grupo. Pero esta vez no empezaríamos pronto montaña arriba porque a petición mía la ruta seguiría el carrilet hasta Amer. De otra manera yo no me comprometía a acabar la etapa prevista para hoy de 75 km sin calvario final. Así que antes de las 8 estábamos pedaleando y los primeros 35 km discurrirían sin más anécdota que mis explicaciones a Jan sobre mi nueva bici en el coll d'enbass y la novedad que el carrilet suponía para mí más allá de Sant Feliu de Pallerols.


Amer es el pueblo natal de Pere y después del paseo por sus calles enfilamos el cruce a Sant Climent. Pere propuso una "queixalada" al sol antes de empezar las duras rampas y todos asentimos. Pere debió meter más gasolina que nosotros al cuerpo porque nada más comenzar la subida nos puso en fila de a uno y llegamos arriba como el rosario de la aurora y de uno en uno. Sin embargo, todo tenía una explicación: hoy no venía Joan Cargol y alguien tenía que dejar constancia de nuestro paso con la digital



Así que uno a uno fuimos quedando inmortalizados a llegar a la primera cima del día. Para darnos moral Pere decía que era lo más duro que haríamos hoy pero la ruta nos tenía guardadas "bonitas sorpresas"









La primera de las ermitas de hoy, si mi memoria no me falla, era la de Sant Roc y las vistas desde allí no defraudaron a las expectativas creadas. Por si fuera poco Pere (quien si no) propuso visitar una roca que se había independizado del resto de la montaña , en este caso para bien porque las vistas eran aún mejores.















La segunda ermita era la de Santa Elena y en ella aprovechamos de nuevo para reponer lo gastado. En el interior había recuerdos y anécdotas que Pere se encargaba de desgranar: cascos dejados por bikers en agradecimiento a que otrora les salvaran de males mayores, fotografías entre las que destacaba un piloto de helicópteno amigo de Pere fallecido en acto de servicio bien joven. Me hizo pensar en lo privilegiados que somos pudiendo hacer lo que nos gusta y refuerza mi cambio de actitud ante la vida lo que me ha llevado a ser más feliz que antaño, valorando cada momento... En fin que tocaba seguir pedalenado hacia la tercera y última: la de Santa Brígida, justo encima de Amer donde la práctica polideportiva era evidente. Un poco más arriba gente inflando su parapente (y que envidia me daban), en alguna roca bien vertical al lado gente escalando y nosotros dando el último bocado mientras tomábamos el sol y, como no, Pere contaba de las suyas en sus tiempo mozos.
Desde allí quedaba ruta y mucha pero ya no hay constancia fotografica de lo que ocurrió. Entre lo más destacado:
- paso por Más Subio o algo parecido donde yo a lo mío que es tarjeta de contacto porque algún día vendré a llenar el estómago
- pasamos por las Encías con Joan empezando a sufrir
- combinando sendero y pista hasta Font Pobre por las Medas. Y yo acordandome de aquella famosa frase del inicio "esto es lo más duro que haremos hoy"
Ahí yo puse punto final a la ruta en compañía porque tenía visita de un amigo de Barna y el reloj marcaba las 4. Bajada kamikaze hasta Can Xel y luego carretera hasta Olot. Y a pesar del apretón fina mi llegada a casa se produjo hacia las 5. Me cuentan que al final con 90 km y yo he de reconocer que con conato de pájara. Nada que una buen ducha, un importante plato de fréjoles y pollo a l'ast no puedan remediar. Tanto que el cuerpo me pedía marcha y esa noche rememore los friday night de mis tiempos futboleros...
POR CIERTO, BRAVO POR JOAN que a pesar de combinar su afición por la buena vida y la bici acabó la etapa más larga que yo he hecho encima de una burrita.























domingo, 28 de noviembre de 2010

NUEVAS CARAS



Para mi, claro está, eran caran nuevas muchos de los que se dieron cita hoy a las 7:30 en el Consum, pero en realidad el más nuevo en estas lides era yo. Ocho éramos y 5 coches iniciaron su marcha hacia Tortellá. Quien diría que estamos en crisis pero parece que la "mandra"(pereza) por cambiar las bicis pudo más que algún euro de gasolina.


Por una pista asfaltada a tramos comenzamos a pedalear en dirección a la tossa de espinau. El día anterior había estado corriendo media hora con nuevas caras también y parece que las piernas lo estaban pagando o es que el ritmo impuesto por la cabeza del pelotón era demasiado para mí. Así que pronto empezaría a quedarme atrás con Jordi y Martí. Primer agrupamiento mientras una procesión de coches subía y nuevamente cada uno a su ritmo hasta que paso lo que nadie esperaba: la suspensión de la Scott de Jordi hizo "trek".



He aquí lo bueno de ir en grupo, rapidamente surgieron ideas y finalmente una llave allen obró el milagro y permitió a Jordi coronar la tossa de espinau donde hicimos foto de grupo y repaso geográfico por gentileza de Joan Cargol. Ei que se ve el refugio de Batera, aquel al que llegamos pasando penurias montaña arriba, granizando y con las bicis "colgadas a la espalda", pero ahora era gratificante recordarlo. Por el otro lado, teníamos una vista excepcional del golfo de Rosas.
Definitivamente había merecido la pena dejar las bicis 200 m más abajo y subir caminando. Ahora quedaba deshacer el camino coger las bicis y pedalear de nuevo hasta Lliurona, según parece, ahora colonia de hippies y poco después nos despedíamos de Jordi y Martí. Antes la llave allén habia dicho "hasta aquí aguante" y fue respuesta por otro de mayor contundancia al parecer y que permitió a Jordi llegar al coche. Pere Serrat así lo confirmaba tras recibir su llamada lo cual fue un motivo de alegría para todos.
Pronto llegarían momentos de sufrimiento para mí hasta coronar el coll de Fatja (o algo parecido) porque nuevamente volvía a cola de grupo pero con gregario de lujo: Joan se quedaba para que la subida se hiciera más amena mientras charlábamos, él más que yo porque no me sobraba energía. Después de coronar y una pequeña bajada el grupo volvío a dividirse. Santi y Narcis (crack en el manejo de la bici) iban a cumplir sus compromisos familiares y nosotros nos enfilábamos hacia la ermita de Monteia. Allí haríamos una paradita de esas que tanto agradan a Pere para comentar las diferente motivaciones de los que hacemos btt. Hay quien busca ir a tope sin importar que el resto quede atrás, otros disfrutar del paisaje y la compañía. Los que quedábamos pertenecíamos mayormente al segundo grupo y habíamos decidido llegar a Tortella por un sendero en lugar de hacer la pista de bajada. Lo que no sabíamos es que nos tocaría no sólo empujar la bici sino hacer biciescalada para sortear los últimos metros de ascensión antes de coger el sendero pedregoso hacia Tortella.













Y mientras bajábamos tuvimos el segundo momento desagradable del día: Pere recibió una llamada que le informaba que su padre había sido hospitalizado. Espero que todo haya quedado en un susto y el cava, coca cola y demas alimentos pecaminosos desparezcan de la dieta habitual de su padre para alegría de su familia.
Así que nada más llegar a Tortella cargamos mi bici y la de Pere en mi furgo y para casa que la aventura de hoy había llegado a su fin alrededor de las 16:00

lunes, 22 de noviembre de 2010

LA HISTORIA SE REPITE

Reencuentro para comenzar la temporada de invierno y de nuevo bicinieve pero esta vez no había caído sino que la vimos caer y el frío era igualmente de los que hacen daño. Faltó Joan Prat pero su ausencia se duplico por la visita de Pere Muela y un bttero de Serinyá bien equipado con su furgo. Habíamos quedado en la corda a las 8 y el planning nos llevaría de nuevo cerca del Puigsacalm. Ahora no queríamos subirlo sino que el Joan, amigo de "la vuelta a...", nos había propuesto bordearlo. Así que Riudaura y por el petroleo arriba pero al llegar a la carretera de Vidrá y viendo la que caía los allí presentes empezaron a maquinar y proponer alternativas. La de Pere Muela proponía volver a casa a por los esquís y a deslizarse. Finalmente optamos por Santa Magdalena de Cambrils. Y de esta guisa nos presentamos para la foto de familia para enseguida (el tiempo no estaba para recrearse) enfilar por una pista hacia el coll de canes.
Una vez llegamos allí empezaba a saber como acabaríamos la ruta: por aquel camino que sale del coll de canes y llega a Ridaura que yo había intentado hacer en 3 ocasiones y solo 1 había terminado en bici por diversos problemas técnicos. Por cierto, no lo hicimos solos porque dos perros de esos que cuando te miran te están diciendo "llévame contigo" nos acompañarían hasta que Pere después de unos lametones para calentarle las manos decidió con firme voz que se había acabado la excursión para ellos.
Apenas era la 1 cuando de nuevo estábamos en la corda y los propietarios del Joe Strummer Club (o algo parecido que es como se conoce ahora) nos dicen que ahuecando el ala que cerrarán las vallas y la furgo tiene que salir. Así que saludos varios y cada uno para su casa. Bonito reencuentro, si señor...

sábado, 6 de noviembre de 2010

Vuelta a Aragón (III)

Primeros km de subida por asfalto pasando por el pueblo de Chisagües y pronto comenzaría la rojiza pista, también de buen hacer y con alguna sorpresa en forma de cristalina y poderosa agua.











La cena del día anterior había sido abundante y plena de carbohidratos, a saber, una pella dpm y algo más, un postre a la altura de la paella y todo por el módico precio de 11 euros. Me quedé una tarjeta del hotel-restaurante porque prometo volver por Bielsa a hacer montaña y buena gastronomía.
El caso es que me encontraba bastante bien y como la pista iba de menos a más en pendiente pude subir a buen ritmo con Joan. De no ser así llegar a la cima que se divisiba bien a lo lejos hubiera sido un calvario que continuaría al coger el GR dirección refugio de Pineta, pero nosotros aún ingenuos no sabíamos la que nos esperaba








Porque por muy sonriente que empezaba e incluso pedalenado poco duraría la alegría y nuestra técnica y valentía no estaba a la altura de las exigencias que planteaba el trayecto. Sin duda que caminar empujando o transportando la bici sería nuestra opción durante algunos kilómetros. Ya le decía que habíamos venido a pedalear pero no sería una ruta made in Joan. Afortunadamente también había buenos instantes como ese chorrito de agua que duchó a Joan. Además el calvario se acabó el y en el tramo final cambiamos las piedras por vegetación. La vista una vez giramos ahí a la derecha era impresionante así que aprovechamos para recuperar fuerzas comiendo algo. Y pronto comenzó la bajada por una pista rápida en la que Joan demostró su evolución positiva. Después la carretera que nos llevaría a la otra, que subé al refugio de Pineta, pero nosotros no llegaríamos hasta allí y giraríamos por la izda un par de km antes


El día anterior el clima nos había impedido salir con la bici por precaución y decidimos caminar. Finalmente salieron 27 km y queríamos repetir trayecto pero esta vez mucho más placentero encima de la burrita. El río continuaba allí y con la bici es más fácil y más seco. Por donde yo hago filigranas Joan paso ayer descalzo porque los dos troncos que había más abajo no le daban confianza. La última parada antes de afrontar el sendero final nos sitúo ante esta bonita panorámica del lago y las montañas ya nevadas.








Suerte que me mantuve firme y le dije a Joan que siguiéramos este sendero porque según él nos alejaba "peligrosamente" de nuestro objetivo: Bielsa. Por esta vez mi orientación e intuición funcionó y pudimos disfrutar de momentos tranquilos y placenteros encima de la bici. Finalmente salimos a parar a la salida de Bielsa justo en la dirección de nuestro hotel al que llegamos a una hora en la que no podríamos haber hecho uso de nuestra habitación si no fuera por la amabilidad del dueño del hotel. Luego bajaríamos a cargar baterías y caminito de casa después de un finde de desconexión total. Al día siguiente volver a la realidad no sería tan duro porque sabemos que habrán más aventuras por la montaña y mi intención es seguir narrándolas aquí para disfrute (espero) de unos pocos entre los cuales me incluyo. Volver a leer estas historias con el paso del tiempo y una buena predisposición me transportan desde el salón de mi casa hasta allí donde la civilización desparece...


















martes, 26 de octubre de 2010

Vuelta a Aragón (II)

Definitivamente el día no comenzaba bien. El viernes, día de nuestra llegada, había llovido y mucho, así que el río se levantó enfadado el sábado. Afortunadamente ya habíamos planeado que la primera etapa sería larga y la del domingo cortita porque el saturday night queríamos tomar una copita por aquello de compaginar deporte, naturaleza y vida social.

Por una pista bien planita llegaríamos a Boltaña, un pueblo bien guapo y como ejemplo esta balconada.







Pero resulta que al final ni copas hubo porque a Joan no le hace mucha gracia y yo una vez que enganché la cama no tuve ... de levantarme. Así que estaba fuerte para intentar la subidita en cuestión y finalmente lo conseguí. Otra cosa sería las menos pronunciadas pero más interminables que vendrían luego. A mi se me atragantaron y en un abrir y cerrar de ojos vi como Joan desaparecía de mi vista. Para mí que tenía una moto bici. Esa trek fuel tiene algo que Joan no me ha dicho...





Joan ya se me anticipó con el cubremochila pero una vez coronamos y vi el percal yo también enfundé la mía. Afortunadamente el tiempo no la tomó con nosotros y no paso de nublado con algunas tímidas gotas que no nos obligaron a hacer uso de nuestro chubasquero










Como en toda buena ruta elaborado por Joan no podía faltar la bajadita divertida y el encanto de pueblos de montaña. En esta ocasión acompañado del contraste de colores propio de esta época del año.























Y ásí es como por un terreno cada vez más embarrado llegamos a nuestro destino, Ainsa. Y he aquí que teníamos un problema logístico, a saber donde cambiarnos. Afortundamente mi furgo hizo de improvisado camerino y como gatos en tintorería nos aseamos con una toalla vieja que yo tenía. Plato combinado en el Hostal Pirineos, nuestro lugar de alojamiento las dos noches anteriores y en marcha para el Hotel Campin Bielsa, campamento base para nuestras dos próximas aventuras.
































domingo, 24 de octubre de 2010

Vuelta a Aragón (I)

La primera etapa -vuelta a la peña montañesa- comenzaría en Oncins pequeño y bonito pueblo al que llegamos en media hora desde Ainsa y después de una carretera apta para amantes de las curvas. Resulta que era la fiesta y aunque a esas horas no había apenas coches los pocos huecos que encontrábamos o entorpecían el paso o eran fincas particulares. Así siguiendo las indicaciones de un lugareño ahí quedo la furgo. Hubiéramos aparcado antes en la diagonal... pero seguro que no encontraríamos edificios como éste (iglesia de San Victorian)

Llegado a este punto en el que Joan me inmortalizó surgió la primera duda. El track nos mandaba a la dcha obligándonos a empujar de la bici y aparentemente no tenía sentido porque no había escapatoria hacia ese lado. Por webs tendríamos que volver al camino, así que después de intentarlo durante unos metros reculamos y vuelta al camino; luego pista y finalmente carretera? Pues si a ninguno nos agrada la idea pero hicimos unos 8 km hacia arriba para luego coger un cruce a la izda y empezar la parte guapa del recorrido.




Bueno guapa y dura porque los paisanos que estaban calzándose (supongo que para coger setas y no serían los únicos que nos encontramos) debieron alucinar cuando nos vieron tirar arriba. Incluso yo mismo me sorprendí de lograrlo detrás de Joan. Como bien me dijo después estaba progresando adecuadamente y ya estaba preparado para los Alpes??

Lo que si recuerdo gratamente del sendero es que era en su mayor parte ciclable y además con unas vistas agradables a nuestra derecha La siguiente escala era Viu y desde ahi comenzaríamos la subida de la jornada, ya por pista. Una vez hecha la foto de rigor para que quedara claro a donde teníamos que llegar (el collado que señalo) Joan puso pies en polvorosa haciendo gala de su buen hacer hacia arriba y yo me quedaba clavado en las duras rampas del tramo final.
















Varios coches pasaron pero ninguno se digno en ofrecerme su estimable ayuda


Y todo para que arriba contempláramos este "desalentador" paisaje. Al menos había una fuente que yo aproveché para llenar el bote. Resulta que mi mochila de agua y la que llevaba no eran muy compatibles e inicié la ruta con un solo bote.










Sin embargo, el panorama cambió cuando después de un pequeño tramo de sendero y su correspondiente subida apareció el Sr del Jamón con la bandeja de la cual yo y tras varias dudas caté una loncha de buen embutido. Sin duda que sería buena dosis de energía para llegar a la cima del día donde Joan me explicaba que esos coches que no habían ofrecido ayuda ahora le tentaban a hacer un tramo de bajada delante de ellos para que disfrutaran. Menuda domingueros... que se creían que eramos parte de la atracción de la montaña. El caso es que el sendero que nos quedaba seguía siendo ciclable en su mayoría y poco a poco llegamos a nuestro destino.




Que no era otro que ensalada de queso de cabra, pollo de corral guisado, tarta de queso, carajillo y licor de hierbas casero