viernes, 11 de abril de 2014

POR QUE CORRO

Para sentirme libre? Quedaria bien decirlo pero de momento no esta a mi alcance
Para sentir el reconocimiento de mis compañeros de trabajo o de club? Aunque es un objetivo demasiado perseguido hoy dia he de reconocer que si en algun momento me senti atraido por esa idea ahora no es asi
Por estar bien fisicamente? Podria ser una de las razones pero insuficiente para que sienta el mismo gusanillo en el estomago el dia anterior de la Romanic que los partidos de futbol en mis mejores tiempos ya pasados
Entonces por que esa enorme ilusion en la linea de salida? Para encontrar la respuesta tendriamos que aclarar que la mayoria de mis zapatillas solo conocen la montaña.
Pense que me seria mas sencillo responder y pienso en recorrer los 23 km de la Romanic para empezar a desgranar la respuesta.
Me siento a gusto y feliz en el ambiente que se respira pero sobre todo rodeado de verde, sol y montañas y la romanic 2014 tiene todo eso.
Y cuando entramos en movimiento? Es ahi cuando empiezo a encontrarle sentido a correr:
una alfombra verde que mulle tus pasos, las articulaciones no sufren, vacas compartiendo tu camino, asi transcurren los primeros km y llegamos al primer avituallamiento.
Un respiro para recuperar el aliento y un parentesis en tu silencio. Definitivamente esa es una de las razones por las que corro, no quiero escuchar a nadie ni que nadie me escuche. Es un momento para escucharme a mi mismo, poner en orden las ideas.
De repente alguien sonriendo me dice "hola" mientras me ofrece agua. Hemos llegado al primer avituallamiento y yo tardo en responder: "no es que no quiera, es que no puedo"
Empezamos la ascension a Juncars por donde en mas de una ocasion he bajado en btt. Sobre dos ruedas las sensaciones son distintas: adrenalina y satisfaccion por poner un pie menos que la vez anterior.
Pienso en lo que nos queda y decido ralentizar el ritmo e incluso caminar. Correr me ha enseñado a controlar mi energia y tambien trasladar ese control a mi caracter antaño demasiado impetuoso.
La primera ascension llega a su fin tras dejar atras grupos de gente que anima y valora tu esfuerzo.
El segundo avituallamiento me descubre otra de las razones: la vida rural, lejos de la complejidad innecesaria de la ciudad. No hay ruido, no hay prisa, no hay ansiedad en aquellos parajes salpicados de casas autenticas, ovejas,... A lo sumo un perro q defiende su territorio o un tractor que labra la tierra de la que salen alimentos de verdad, no un power gel precisamente.
Reanudo la marcha y me encuentro con mi profesora de pilates que me fotografia y yo le digo: "se pensaran que estoy de picnic". Llevo un vaso de agua, medio platano y una galleta mientras camino. Detras mio Pauet sigue quejandose y le invito a que me adelante o se quede atras pero que no me siga ese murmullo. Obviamente el se lo toma como lo que es, una broma.
El terreno sombrio esta embarrado pero pronto llega uno de los momentos deseados, ese precioso sendero de bajada al tercer avituallamiento. La complicidad que consigo con el terreno es otra de las razones por las que corro. Una estraña combinacion de vencer las dificultades pero con la minima agresion. Otros muchos pasaran tras de mi hoy y durante años y no tengo derecho a impedir que disfruten igual que yo. Minima agresion tambien a mis piernas porque quiero sentir la misma satisfaccion durante mucho tiempo. Complicidad incluso con el resto de participantes y eso he reconocer que es algo destacado en la Romanic. Jamas me habia encontrado tanta generosidad ofreciendote el paso cuando echas el aliento al cogote del que te precede.
Los calambres empezaran a acompañarme hasta el final y de nuevo ese control me permitira acabar sin pararme aunque tambien sin ninguna cabriola mas.
En la ultima subida me encuentro un fotografo, le sonrio y casi me encuentro en la linea de meta. Por cierto, quien me cedio el paso en la bajada ahora me sobrepasa, me anima a seguirle y entro detras de el.
POR TODO ESTO CORRO

jueves, 28 de febrero de 2013

LA MOVIDA

Despues de primer revival en solitario en la isla blanca (lease Ibiza) en el año de 2011 me seducía la idea de hacerlo en buena compañía. Se trataba de rememorar aquellos maravillosos años en los que bailábamos sin vergüenza y también sin camiseta. Cuando sonaba Ramoncín, Europe, Barricada mezclado con Mecano, Heroes del Silencio y similares. Y como conseguirlo si ahora todo lo que suena es pachanga y electromáquina?
Un buen compañero de trabajo, Jordi Sellas, y desde entonces buen amigo me comentó que el último fin de semana de enero organizaban en Sant Antoni de Portmany la movida como colofón a un mes en el que también se homenajeaban los 60 o flowerpower.
Pero no todo es fiesta y como cual guión de Quentin Tarantino, retrocedamos en el tiempo.
Varios meses antes intenté sin éxito convencer a mis amigos para celebrar allí una despedida fantasma. Como? Permitidme que me aleje un poco del objetivo de está crónica...
Resulta que tras varios años de solterío dos amigos del grupo se casaron en años sucesivos y nosotros le cogimos el gustillo a salir de la monotnía y celebrar su despedida a lo grande en Amsterdam y Gante. Luego vinieron las vacas flacas y el resto aún continuamos lejos del altar, pero no de las ganas de reunirnos de nuevo. Ibiza, música de los 90,.. era la excusa perfecta para el reencuentro soñado. O al menos por mí. Finalmente mi sueño se hizo realidad con Susanna.
Todo comenzó en una mañana ventosa de sábado muuuyy tempranito y tendría como testigo un mar encabronado.
 
Y continuaría de la mejor manera que se puede pasar el tiempo en enero en Ibiza: de cala en cala contemplando el agua azul cual playa paradisiaca pero sin el gentío propia de aquellos lugares. Teníamos todo el sábado para disfrutar de playas que nada tienen que envidiar al caribe y mucho más cerca. Yo llevaba un tiempo que me había enganchado al buen vicio de bañarme en la playa protegido por un neopreno y llamádme friki pero me llevé en la maleta el traje. Contando eso sí con la inestimable colaboración de Su pues llenaba prácticamente mi maleta y aunque no se lo crean en la maleta de una mujer había espacio para mis cosas...
Como esto de formar un equipo requiere escuchar y obrar en consecuencia obvié mi deseo de zambullirme en esas aguas reservadas exclusivamente para mí y tuve en consideración que el mar estaba movidita y que a Su lo hacía ninguna gracia la idea. Ahora pienso que demostró más sensatez que yo pero la emoción que sentía en aquel momento me hizo dudar durante un buen tiempo.
Mi memoria cada día va peor pero recordaba esta playa de mi anterior visita. Es curioso como funciona el cerebro humano... Acaso inconscientemente hace un borrado de aquello que no despierta su interés y graba por defecto aquellos momentos placenteros?
Y recordaba el trayecto que nos llevaría al pueblo en el que años atrás comía yo solo en el mismo restaurante en el que ahora me acompañaba Su y un sol propio del verano. Viendo las casas entendía por qué se le conoce como la isla blanca.
El mismo que había hecho brotar las flores del almendro que nos recibía y que también despertaba el interés del resto de la gente. Como os podeis imaginar allí y en un día como este no estábamos solos.
Que se puede hacer en estas condiciones? Sin dudarlo, muuuy relajadamente tomarnos una cervecita y patatitas. Son aquellos momentos que debieran prolongarse y en los que todo se relativiza.
Y yo estaba con una celébritie que estaba de incógnito.
Mar enrabietado, pueblo con encanto, sol... En ibiza hay todo eso y montaña. Para nuestra sorpresa por allí tampoco estábamos solos: una francesa muy peculiar y su perro de compañía de avanzadilla bajaban cuando nosotros pasabamos un poco de calor. Algo me decía que era el ejemplo de personaje bohemio que busca la tranquilidad de Ibiza harto de una vida en la que todo le pasaba sin darse cuenta. Seguramente sin la necesidad de trabajar y con todo el tiempo del mundo para ella. Fue quien nos orientó hacia donde seguir nuestro camino. Y entre eso y las ganas de descubrir lo que intuíamos una cala de ensueño llegamos a este paraje que por mucho que lo describa y lo fotografie no conseguiré transmitiros nada de lo que se siente allí.
                                
Pero lo intentaré: grandiosidad de la naturaleza frente a lo minúsculo del ser humano y sin embargo por momentos te puedes fundir con ella.
Y mientras tanto, llega la noche y todo lo que ello conlleva: llenar el estómago con un buen y más que abundante arroz con bogavante que siguiendo los consejos de mi buen amigo Jordi Sellas culminaría con una cafe caleta. Dicho sea de paso... de café tiene poco. Venia a ser una queimada con granos de café. Ah, por cierto el licor de hierbas peligroso por lo bueno y por los efectos secundarios.
Y si, por fin había llegado el momento para MOVERSE...Advertido por el dueño de los apartamentos donde dormiríamos fuimos bien pronto porque se intuía un lleno absoluto. Se jugaba la final de la copa del rey de voley en Ibiza y más de un familiar y amigo aprovecharía la circunstancia.
Como os podeis imaginar la noche fue larga y divertida. Y como en mis años mozos bebí abundantemente pero ahora los años habían inmunizado mi paladar al amargo sabor de la ginebra y la acompañaba con naranja. Atras quedaron tantas y tantas noches aliñadas con brugal-cola.
Al final poco importa lo que bebas sino lo que sientas. Eso es lo que realmente te hace bailar, reir, saltar, gritar,...
A la mañana siguiente no había resaca, lo cual se agradece y como ya viene siendo costumbre en mí inicio el día con un desayuno espléndido (taza de diseño incluida) y bien acompañado.
Carretera, parada, visita a cala, duda de si para aquí o por allá. Que más da no tenemos que seguir ninguna ruta ni nadie nos espera, así que probémoslo. Pues por aquí no hay salida, segurata de urbanización que se pregunta: " a donde irán estos".
Picnic dentro del coche y no sería la primera vez porque por momentos el tiempo cambiaba y de apacible pasaba a desagradable. Siesta...Uy que ya va siendo la hora de coger el avión.
Ohhhhh esto se acaba...
 
 

viernes, 13 de julio de 2012

SI, SI, SI NOS VAMOS A POLONIA




PreámbuloMiércoles 23 de Mayo: Sólo quedan 15 días para embarcarnos en Girona rumbo Gdänsk y aunque aún no he comenzado con los preparativos ya vuelvo a tener la emoción previa a los grandes momentos, comparable a Behovia. En honor a la verdad he de reconocer que con buen criterio algún preparativo ya iniciamos hace 3 meses reservando vuelo y hotel y solicitando entradas a la Uefa. Aunque solo nos concedieron para el partido España-Irlanda confiamos en poder asistir al enfrentamiento latino por antonomasia, España-Italia.
Incluso he contado con la inestimable información de una chica polaca, Basia, que conocí durante mi visita a Alemania para un curso de formación. Ya tengo un listado de actividades a realizar, lugares a visitar e información gastronómica .
Espero también que la diosa “Tempus” nos permita bañarnos en el mar Báltico.
Hoy he comenzado la lista de cosas a incluir en el equipaje. Seguro que iré añadiendo pero también es seguro que algo me dejaré así que le he propuesto a Victor cruzar nuestras listas (pocos secretos se revelarán) para hacerlas más completas.
Miércoles 30 de Mayo: Un poco más cerca de Gdänsk con las tarjetas de embarque ya impresas. Hoy Victor me ha calentado la cabeza con unos polacos culés amigos de un amigo suyo. Y como los amigos de mis amigos son mis amigos…ya tenemos anfitriones para la fiesta en Gozniak, a pocos km de Gdänsk.

Día 1
El día comienza a las 5:45 y a diferencia de lo que ocurriría un día cualquiera, a toque de corneta estaba en pie y despertando a Victor. El aeropuerto de Girona era una romería de camisetas rojas y no sería el único lugar donde se plasmaría la “supremacía hispánica”. El viaje para Victor sería de felices sueños, mientras yo me imbuía del espíritu Kilian a través de su libro.
Recogidas las maletas y tras poner en práctica nuestro incipiente nivel de inglés estábamos camino de Elblag. Antes nos habíamos dejado timar en el cambio de dinero del aeropuerto y aprendimos que debemos planificar mejor la logística. A saber: en el autobús unos almerienses nos dijeron que hoy tocaba Pitbull en el fan zone de Gdansk a las 18:00. Eran las 12:00 y sin pensarlo habíamos comprado billetes de tren a Elblag donde no podríamos estar más de 1 hota para dejar maletas y poco más. Pero al ir al McDonalds vimos unas consginas donde bien hubiéramos podido dejarlas y evitarnos ida/vuelta. El caso es que a las 5 estábamos de vuelta en autobús a Gdánsk bebiendo cerveza y comiendo patatas y recordé los viajes escolares en autobús donde a escondidas nos poníamos tibios a calimotxo y cerveza. Ahora ya con 25 años más…

Ya en la fan zone la primera sorpresa fue cuando vimos que los “pelotis” (moneda de Polonia) no servían para pagar. Había que comprar una tarjeta prepago que fuimos recargando a medida que las cervezas iban cayendo. Pero no todo era beber, en Polonia también se come bien incluso en los lugares de aglomeración de guiris donde saboreamos un exquisito Golonka. Y en esas estábamos cuando salió Pitbull a escena y la muchedumbre enloqueció y he de reconocer que por momentos nosotros también. Aunque la mayor parte del tiempo reimos observando como un polaco intentaba seguir sin éxito el ritmo de su pareja o como la conga iniciada por los españoles quedaba cortada en las vallas de la zona VIP.
Llegó el cierre y ya nos habíamos informado que la noche debía seguir en Parlamento. No hay nada de especial en la noche polaca que no tenga la noche española. Buenos dos cosas si: las tarjetas prepago seguían funcionando como medio de pago y que las mujeres tienen cuerpos de ensueño. A las 4 ya era hora de recogernos y buscar el tren de vuelta.
 
Nuestros ojos no podían ocultar el cansancio de un día intenso y lleno de risoterapia. Si la comida es de notable el idioma nos complicaba el entendimiento en cada momento ¿Qué cómer? ¿horarios de transporte? ¿Cómo localizar los lugares para cambiar dinero? Finalmente a las 6 encamados





Día 2
Mi reloj vital me despertó a las 9:30 con tiempo para probar el desayuno del hotel. Victor remiso al principio acabo por acompañarme cuando estaba con el café. Cual veinteañeros con resaca volvimos a dormir hasta las 12:30 para levantarnos como nuevos. Camino del entreno de la roja acabo de escribir la crónica, interrumpida cada vez que el autobús rectificaba su trayectoria para dejar paso a los coches que aparecían en formación de 3 incluso a pesar de las restricciones de adelantamiento.

Quien nos iba a decir que la ilusión con la que soportábamos trenes y autobuses hasta Gwienevino se tornaría en decepción y cabreo al ver que el entreno se había cambiado a las 11 am con un sospechoso comunicado a última hora de la noche a los periodistas. 3+3 horas para al final acabar conversando en inglés con una joven polaca fanática del barsa que se había metido 7 horas para el mismo resultado que nosotros. Y compartir autobús de regreso con unos españoles de erasmus. Para colmo la Susana Guasch nos subió la ventanilla del coche momentos antes de intentar hablar con ella. Seguro que Sopot nos compensa por ello esta noche…
Eran las 3 cuando volvíamos camino de la estación de tren. Al ver la cola en las máquinas de tickes e intuyendo que no sabríamos sacar el billete (no hay ni una sola palabra en polaco que puedas intuir su significado) decidimos entrar en el tren sin billete como hacía la mayoría de adolescentes que como nosotros iban de retirada. Y como ellos nos vimos recorriendo todo el tren delante del revisor aunque a Victor a punto estuvieron de detenerlo. En fin que la historia en el hotel sería la misma que el día anterior.

Día 3

Hoy tocaba turismo y después de comer en el hotel camino de Malbork a visitar un castillo teutónico que finalmente no veríamos por dentro porque como siempre lo mejor de estos lugares está por fuera y no en el precio por entrar. En su lugar tomaríamos una cerveza en sus alrededores mientras esbozábamos nuestras vacaciones para el próximo año…Vietnam? Camboya? Thailandia? y hacíamos un firme propósito de estar en Brasil para la copa del mundo. Ya se que quedan 2 años pero hay que empezar a llenar la hucha.

Día 4
Ir a dormir pronto te permite levantarte pronto, alquilar una bici en Gdansk y pedalear por el carril bici que recorre las playas hacia Sopot. Por un momento me veía en el carrilet un domingo por la mañana pero el gentío hablaba un idioma que no entendía… Estaba desobedeciendo al fisioterapeuta que me dijo “nada de correr ni bici” aunque no del todo porque me adelantaban abueletes, mujeres y niños. Después de mojarme en el Báltico y comer en un chiringuito de playa nos acercábamos al momento del día: conseguir entradas para España-Italia.
Presagiando que la suerte nos acompañaría habamos decidido ponernos las pinturas de guerra. Y así fue, después de las primeras tomas de contacto para sondear el mercado conseguimos 2 entradas para el fondo español por 50 euros menos de nuestro tope máximo. Así que para adentro como dos niños llenos de entusiasmo. El ambiente era contagioso y rapidamente empezamos a bailar, cantar, reir,… Estábamos dispuestos y motivados para la gran batalla que nos esperaba contra el ejército Azzurri. Con lo que no contábamos era con la “inestimable colaboración” de 4 sevillan@s y sus castañuelas que para nuestra sorpresa se colocaron a nuestro lado. El resto es de sobra conocido aunque no compartido de igual manera por Victor y yo lo que nos llevó a nuestra primera discusión futbolística con Del Bosque como responsable.
Nuestras fieles compañeras de hoy, las bicis, nos aguardaban a la salida así que como vinimos nos fuimos a devolverlas con 3h de retraso. El chico que nos atendió entusiasmado con España y su gastronomía se olvidó de cobrarnos el extra. Y nosotros orgullosos de que se aprecie tanto nuestro país nos olvidamos de devolverle los candados. Esta es la historia del primer gran día en Polonia.

Dia 5
A la mañana siguiente nos topamos en el desayuno con dos malagueños, de donde sino iban a ser, allí estaba media andalucia siguiendo a La Roja. Estos habían volado a Vraclaw y alquilado un coche que acabaríamos compartiendo para poner otra cruz en los lugares visitados. Sería una zona de playa que me recordaba por los bosques cercanos a Menorca. Fue el primer gran día de sol, cerveza (de esto sería uno más) y baño. Para mi sorpresa el agua del Báltico no está salda y en los primeros metros tiene un color verdoso, al parecer por las microalgas?
No se trataba de una zona especialmente turística como Sopot pero el dueño del chiringuito nos quiso timar como guiris que éramos. Tras un pequeño intercambio de opiniones la cuenta se rebajó 40 zl. Antes habíamos charlado 2 h sobre futbol, lugares visitados por ambos, mujeres y hasta un poco de trabajo porque nuestros colegas trabajan en San Miguel.
El día se acabó viendo el partido Francia-Inglaterra en la fan zone donde volvimos a encontrar a un polaco con el que habíamos coincidido el sábado allí mismo. Trabaja en Noruega donde cobra alrededor de 3000 euros en la cocina de un Tapas Bar por lo que era capaz de recitarnos de memoria las principales delicatessen españolas.

Día 6
Hoy tocaba intensivo de Gdansk, cerveza y futbol, en este orden. Visitamos las calles más bonitas y comerciales donde Oscar, apasionado por el ámbar, compró un collar para alguien áun por decidir y el resto postales. Cuando la lluvia empezó a amenzarnos con un cielo cada vez más oscuro decidimos que era el momento de ponernos a salvo bajo el toldo de un bar y seguir incrementando la media de litros/día. Al contrario de lo que podais pensar no ibamos de hooligans descontrolados por el efecto del líquido dorado aunque yo necesitaba ingerir algo sólido porque empezaba a sentir esa chispilla previa a la algarabia. Como era normal de nuevo nos la intentaron colar porque hoy los guiris de la costa brava eramos nosotros con la camiseta de La Roja. Mientras comíamos al lado de “zipi y zap” se produjo el momento typical spanish:
-    zipi era una impresionante rubia
-    zape su amiga gordita morena
-    para completar el comic faltaba el malagueño enterao que les pdió una foto con cada una cuando todos sabíamos que acabaría borrando una y colgado la otra en el facebook para envidia de sus colegas
Y entre risas y cánticos croata-irlandeses se nos hizo la hora de ir a la fan zone. Nuestro objetivo del día era vivir el futbol con los polacos aunque para ello aún quedaban 4 horas que fuimos matando como siempre y alguna cabezadita en la hierba. Realmente el partido Chequia-Grecia no nos interesaba mucho. Conforme se acercaba la final se notaba que la tensión y afluencia de polacos aumentaban. “Polska blanca y roja es…” se convertiría en el himno de la Eurocopa y es posible que en nuestra canción del verano. Vivir el himno polaco en medio de esa marea blanquiroja no se puede explicar aquí. Eso es sentir un país a través del futbol, tan contagioso que acabamos botando con ellos en el gol y de puntillas esquivando cabezas por delante para poder ver los últimos minutos del partido.
Afortunadamente la violencia posterior solo la presenciamos por la tele en el hotel horas después del paseo nocturno por Gdansk. En la plaza el despliegue policial propició que la apasionada celebración por el empate conseguido se quedara ahí. Incluso se respiraba buen rollo con los antidisturbios viendo las fotos que se hacían junto con la hinchada mientras rodean la fuente de Neptuno.

Día 7
El miércoles todos estábamos de acuerdo en que necesitábamos descanso y un paseo por el lago Druzno sería ideal. Pero los planes no siempre salen bien y eso que algo debiéramos haber intuído cuando al parar en una gasolinera “Mario Bros” parecía indicarnos que no fuéramos al lago. Todo lo que entendimos es que era un parque natural donde no se podía nadar, pescar, ni siquiera acceder con el coche. “Pero caminando si se podra?” le insistimos nosotros, pero el “Ñe, Ñe” que viene a ser No. “Joder con los polacos si que son tikis mikis con sus lagos”. “Pues se van a joder que nosotros vamos…” Primeros escarceos por la zona, la carretera que cada vez se hace más estrecha (eso si nos lleva por zonas rurales bonitas), el asfalto que desaparece y se convierte en dos roderas de cemento. Esto nos obliga a disminuir la velocidad y comenzar un debate acerca del lago: “que tiene que estar por ahí”, “para mí que se ha secado y la espesa vegetación que vemos son los vestigios”. Parada en el pueblo con suerte a medias pues encontramos, por fin, alguien que habla inglés mejor que nosotros. Lástima que no era de allí y nos indicó a grandes rasgos como buscar el lago si es que existía. Vuelta hacia Elblag para llegar a la conclusión que el lago debió existir pera ya es historia. Tamaña decepción debía resarcirse cual grupo de mujeres yendonos de compras. Nuestra decepción continuaría varias horas porque los precios nada que envidiar a los de España cuando hablamos de marcas conocidas y la única calle decente de Elblag estaba vacía. El día fue de más a menos lo que nos dio el necesitado descanso para el 2º día D de nuestra estancia polaca.

Día 8
Al día siguiente pronto al desyuno para llegar antes de que se acabaran los yogourts, tiempo libre en la habitación para que cada uno haga lo que quiera:
-    Victor TV
-    Raúl crónica
-    Malagueños maleta, después del partido tenían 7h de coche hasta vrclaw donde salía su vuelo a la mañana siguiente. Había un compromiso de volvernos a ver porque habíamos hecho buenas migas. Andaluces y catalanes, del Madrid y del barsa, ¿por qué siempre no empeñamos en buscar discrepancias donde no las hay?
El plan para hoy es un poco de playita en Sopot, vuelta a Gdansk para mezclarnos con los irlandeses, ver la mitad del partido Italia-Croacia en la fan zone y para el campo.
¿saldrán los planes esta vez?
En Sopot no hacía para playa y en Gdansk era imposible no mezclarse con los irlandeses porque nos triplicaban en número y se apuntaban a cualquier conato de algarabia de españoles. He de reconocer que hay pocas aficiones (quizás ninguna más) con la que puedas cantar, bailar y beber  hermanado antes de un partido sin que acabe de una u otra manera con algún conflicto. Con irlandeses es posible. Tal fue la comunión y el ambiente que allí se montó que el partido Italia-Croacia en la fan zone quedó en segundo plano hasta el momento de nuestro partido.
Momento que fue interpretado por casi todos a la vez pues la marea humana comenzó a desplazarse hacia la estación de tren. Y una vez allí a coger posición en la parrilla de salida que formaba el cordón policia. Preparados, listos y… comienzan las rebajas del Corte Inglés. Ya en el tren todo seguía igual y no pararía en todo el día. Tantas horas cantando mi gargante lo acusaría. Mi cabeza también acusaría al día siguiente tanta cerveza pero aún tocaba vivir y de que manera el partido. Fueron las 2 horas más intensas que recuerdo en mucho tiempo. Ahí estaba yo de pie subido a la vaya y el asiento que se bajaba agitando mi bufanda. Solo me flataba una bengala para spanish-radikal. Al final del partido buen resultado y uno de los momentos más emotivos en mi estancia polaca. Minuto 87, Irlanda pierde 4-0 y toda la afición irlandesa cantando su himno hasta bien acabado el partido. En aquel instante lo que ocurría en el césped perdió interés para mí y “desperté” camino de la parada de tranvía que nos llevaría a la última polis parti night, que se podría resumir en que Victor triunfó y yo volví solo al hotel.

Día 9
A la mañana siguiente tuve que hacer tuve que hacer un paréntesis laboral para llamar desde mi telefóno de empresa y pedir el nº de Victor. Mi móvil estaba apagado en mi cazadora que guardamos en la mochila, que a su vez estaba en el guardarropa del cual Victor tenía la placa. Afortunadamente había metido 50euros en mi pantalón que me permitieron sacar el billete del tren de vuelta.
Con un pelín de resaca intento plasmar lo vivido el día anterior mientras hago tiempo hasta que Victor regrese con un coche de alquiler que nos llevaría de nuevo al Báltico. Hoy siento frío, pero Victor no quiere irse sin probar las nada saladas aguas de este mar.
El frío comienza a notarse y nosotros lo combatimos con una copa de helado…dentro del coche con la calefacción encendido. Acaso la Eurocopa nos ha trastornado?

Día 10
Sábado y penúltimo día. Después del punto álgido del jueves noche vamos cuesta abajo y nuestras últimas horas transcurren paseando y recordando lo vivido. Hoy nos visita Basia y los tres hemos paseado por Gdansk y lamentablemente hemos visto como Polonia quedaba fuera de la siguiente fase. Mañana será nuestro último día de la aventura polaca. Con que me quedo?
-    con muchas risas y buenos momentos
-    con un reset de toda mi cotidianidad para lo bueno y no tanto
-    y espero reencontrarme de nuevo, como consecuencia de lo anterior
Buenas noches…

Día 11
Lo que se presuponía como un día de transición todavía me deparó una sorpresa agradable. Aprovechando el ofrecimiento del día anterior del dueño del hotel a las 9 me dispuse a dar 4 pedalas con la intención de encontrar el canal de Elblag a Ostroda. Mira que dimos vueltas para alquilar bicis y las ganas que tenía Juan cada día de anda de mañanita en bici, pues al final nos llego sin buscarlo ni pensarlo.
Mi instinto me fue llevando hacia el bosque y sin darme ni cuenta me encontraba pedaleando por “La Fageda”. Un sin fin de caminos de tierra oscura flanqueados por árboles espigados que más valía no recorrerlos para no acabar perdido, así que camino central llenos de bicis y caminantes rompiendo el silencio. Un abuelote me pasa con sus 2 nietos y por un momento sentí cierta envidia de lo orgulloso que iba. Acaso se están acabando mis días de llanero solitario?
Más tarde ya en Gdansk el dilema era que hacer con las maletas desde las 2 que debíamos dejar el coche hasta las 7 que cogíamos el autobús al aeropuerto. Ya se ue hay consignas para eso pero se nos ocurrió algo mejor: dejamos el coche en el parking con las maletas y el ticker de la hora de entrada para que vean “que cumplimos”. Como hoy no hay nadie atendiendo el mostrador de Avis nos quedamos las llaves hasta la hora de marchar y de paseo, ahora si, por última vez.
El último día descubrimos por qué los polacos son como son. Ellos mazas, pero viendo los platos que sirven cuando vas a un restaurante como Dios manda no me extraña. Con 3 platos tuvimos para comer y para el picnic de la cena en el aeropuerto. Ellas con piernas de pasarela y la delantera del barsa, pero según el españolito de turno era por el agua. Iba a llamar a Artur Mas para decirle que en lugar de comprar el agua a Francia lo hicieran a Polonia. Era como sacado de una película de Paco Martinez Soria.
Pero es que en el avión los cuatro acompañantes que teníamos podían formar parte del reparto de Torrente IV. Por una ocasión estaba esperando ansioso la monótona voz de las azafatas con todo lo que se debe y no se debe hacer en un avión. Y cuando se acababa Victor fuera de juego durmiendo y yo de nuevo con la compañía de Kilian.
A la 1 de la mañana volvía a mi dulce hogar FELIZ

viernes, 1 de junio de 2012

EN BLANCO

No de pensamiento e ideas, sino más bien al contrario. Tampoco del Madrid sino culé y de Guardiola “fore ever”.
Lo que ocupa mi cabeza en mi vigilia y que hace que a las 6 de la mañana de un miércoles esté con actividad cerebral más allá de la propia de un dulce sueño es nuestra inacción ante lo que está pasando.
Quien no ha escuchado despotricar de la clase política actual y de ciertos ejecutivos de alto nivel. Quien no se ha escandalizado y rasgado las vestiduras ante la construcción de un aeropuerto colosal que no tiene vuelos.
Y que no decir de ejecutivos de bancos y cajas rescatadas para principalmente pagar la jubilación de quienes las han llevado a tal situación.
Pero todo lo que se nos ocurre es descargar la parte de responsabilidad propia en los demás. Eso sí cuando llega el momento de la verdad, el de pasar de las palabras a la acción (manifestándonos en la calle, por ejemplo) nos quedamos en casa viendo el partido o nos vamos a tomar una cervecita con los colegas.
Ni siquiera una vez cada 4 cuatro años tenemos la valentía de votar en consecuencia con todo lo que decimos y supongo pensamos. Porque en este desastre nacional la balanza no se inclina hacia ninguno de los partidos mayoritarios. Más bien se reparten a partes iguales despropósitos y actos propios de sinvergüenzas.
Y sin embargo, acaban teniendo el respaldo en las urnas de la mayoría de los españoles. Lo siento señores, pero tampoco vale con no ir a votar para manifestar vuestro desacuerdo porque eso es lo que hace mucha gente por desgana, por enfermedad o porque tienen un compromiso “insalvable”. Total por un voto…
Yo voto en blanco porque con ello digo que ninguna de las propuestas existentes tiene mi confianza, porque no quiero que se sigan riendo de mi a la cara, porque lo que pienso y digo debe estar en consonancia con lo que hago. Y porque si muchos hicieran lo mismo tendríamos legitimidad para cambiar la actual ley electoral que ignora a todos los españoles que piensan y actúan como yo.
La representatividad en el Congreso y Senado debe estar ponderada por el número de españoles que confían en ellos y con un voto en blanco estoy diciendo que ningún político quiero que me represente ya sea a nivel nacional, autonómico o local como ocurre en algún país de Europa y es de sentido común.
Por todo lo anterior y muchas otras razones YO VOTO EN BLANCO. Y tú, QUE HARAS?

lunes, 28 de mayo de 2012

TO BE OR NOT TO BE

Ser feliz viviendo emociones intensas y a costa de infelicidades también intensas que hacen valorar aún más los momentos felices o pasar por esta vida sin más pena que gloria por miedo a sufrir. Ignorar todo lo que pasa a tu alrededor o involucrarte en la medida de tus posibilidades. Huir de los que comparten tu espacio vital y despiertan tu interés o compartir con ellos. Vivir para ti o intentar transmitir a los demás tus ganas de vivir.
A veces fugazmente hecho la mirada atrás y recuerdo momentos difíciles que me provocan la necesidad de vivir en mi “propia burbuja”: esperando que lleguen las 6, solo en casa o en la montaña y sufriendo únicamente las situaciones desagradables que yo genero.
En ocasiones esa mirada atrás me lleva a momentos alegres y la sonrisa aflora por si sola. Ninguno de esos momentos me pertenece en exclusiva porque siempre hay alguien ahí. Incluso hay personas que aparecen en ambos y con el paso del tiempo siempre prevalecen las sonrisas.
En el olvido quedan los desazones y discusiones con la chica que durante tiempo ocupo mi corazón (incluso más allá de nuestra ruptura) y solo recuerdo como me brillaban los ojos el día que asistía en su compañía a la boda de su hermano.
Casi en el olvido quedan las discusiones familiares previas a la separación de mis padres y con frecuencia me emociono cuando mi madre me recuerda como movía las patitas delante de ella con 2 años por las carreteras de acceso a Valladolid de buena mañana camino de la Clínica. Gracias a ella un renacuajo asmático se ha convertido en un hombre que ha disfrutado del deporte y sigue haciéndolo.
Ya apenas recuerdo las taquicardias previas a los exámenes de junio en mis primeros años de universitario y me siento orgulloso de que mis amigos de siempre y compañeros de universidad asistieran a la lectura de mi proyecto fin de carrera.
¿Como puedo, pues, aislarme de todos esos momentos de felicidad suprema?
Como voy a renunciar al éxito profesional o más bien a la satisfacción del trabajo bien hecho.
Como voy a dejar de compartir unos chatos con mis amigos de siempre
Como voy a dejar pasar un solo día sin escuchar la voz de mi madre al otro lado del teléfono
Estoy seguro que algún día volveré a abrir las puertas de mi corazón a la mujer que de nuevo haga brillar mis ojos

QUIERO COMPARTIR MI FELICIDAD

lunes, 12 de diciembre de 2011

EUROPEAN TOUR

COMO ANTAÑO

Así es, ahí estábamos mi añorada furgo y yo de viaje por allende los mares. Por no faltar no faltaban ni mis gafas de pasta de mis primeros años universitarios. Mira que ya ha llovido desde entonces… No se muy bien por qué, pero aún las guardo, quizás para ocasiones como esta.

Hace un tiempo me propusieron ir a un seminario impartido por un cliente cerca de Frankfurt y de repente se me encendió la bombilla. La primera fue la roja de alarma!, justo en el puente de la Inmaculada cuando yo ya tenía planeado cogerme la semana de vacaciones posiblemente para mi primer contacto con la nieve por los Alpes. Pero luego se encendió la verde de oportunidad! para hacer turismo por lugares desconocidos, lease Alsacia y Selva Negra.

Y en esas estamos, viernes por la tarde camino de Perouges (pueblecito medieval cerca de Lyon) que sería el lugar que había elegido para pernoctar. Mi excompañero de faena Josep Roca, gran viajero, me había dejado unas guías de viaje de Francia y Alemania y leyendo la curiosidad me llevó a la crónica que se hacía de este pueblo. Y bajo la luz del fluorescente de la furgo y sentado sobre el colchón escribo las primeras líneas de esta crónica. Antes de cenar la tortilla de patata que había hecho deprisa y corriendo mientras comía en casa (así me salió) me había dado un paseo para percibir de verdad el ambiente del pueblo, lejos del bullicio de la gente y con el toque especial que la iluminación da a cada una de las piedras que configuran unas casas con mucha historia. Espero que las murallas de entrada a la ciudad medieval, donde he quedado aparcado, me resguarden del frío. Buenas noches!


PRIMER CONTACTO CON ALSACIA

El recorrido matinal por Perouges me mostró un pueblo con historia y buen sabor, repleto de artesanos y “hosteleries” bien ambientadas a la par que caras. Acerté al traerme algo básico para comer y tener siempre la furgo como recurso. El viaje hacia Colmar (mi objetivo del día) me dio para muchas reflexiones:

- viajar por autopista no siempre es la mejor manera aunque tengas muchos km de por medio, así que fui alternando con carreteras nacionales que me permitieron disfrutar de un paisaje más cercano, evitar peajes y poder repostar a un precio más bajo.

- Spain is diferent y lo digo muy a mi pesar como español. En cada km que recorres te das cuenta que los franceses están a otro nivel (pueblos limpios y bien cuidados, “artesanos” que venden productos de la tierra o elaborados por ellos mismos) hasta en los pequeños detalles como que las carreteras tienen tramos cada 5km aprox de doble carril para poder adelantar y que no te estreses detrás de un camión o cometes alguna imprudencia

- a la hora de comer si les ganamos y yo casi siempre que salgo de España opto como solución de emergencia por un McDonalds para comer mal pero conocido y a un precio económico

Y mientras quemo neuronas me planto en Colmar a las 3 de la tarde. Un rato dando vueltas para aparcar (eso no cambia) y a pasear por una ciudad repleta de gente y casas al estilo alsaciano, supongo. Hice bien en traerme el goretex y el gorro porque como dicen los carteles “el invierno llega, prepárate”. Aquí también ha llegado la navidad y nuevamente te das cuenta donde éstas: mercados de navidad que tientan a sacar brillo a la tarjeta. Hasta el más austero consume y contribuye a relanzar la economía. Pero hay cosas que no cambian y a los turistas los intentan engañar en todos los lugares. Llevaba tiempo con ganas de tomarme un “chocolat chaude” y lo que me quisieron dar fue leche caliente con algún polvo de colacao, así que renuncie a calentar el estómago por el momento.

La noche se echa encima (apenas son las 5) y se vuelve a notar el contraste con España, tanto que acabo plegando a las 7 camino de Riquewihr y en busca del camping donde creo dormiré esta noche. Hoy es mi día de suerte porque a los cinco minutos de llegar la recepción cerró, no sin antes darme emplazamiento.

No son ni las ocho y encerrado en mi furgo sin apenas un ruído en el exterior y haciendo balance o crónica de lo acontecido. Mañana necesitaré encontrar la manera de recargar el portátil y el móbil o me quedaré incomunicado tecnológicamente. La verdad es que no se como me entretendré hasta que el sueño se apodere de mí. Le daré una ojeada a la guía que habla y bien de Riquewihr, cenaré un poco de tortilla un tanto deteriorada, enviaré algún sms y confío en que me den las 10. Mañana más…

LLEGO LA NAVIDAD Y…LA CABRA TIRA AL MONTE

Al final la música de la radio hizo efecto y a eso de las 10 me quedé frito y para mi sorpresa dormi calentito y me desperté a eso de las 8 bien descansado. El día anterior con el inglés que chapurreaba el recepcionista ya tenía dudas que el desayuno no sería lo que yo esperaba. “Tú anota en esa hoja lo que quieres de bollería”, pero “También puedo tomar zumo de naranja y café con leche?” Si, si. A la mañana siguiente de café ni hablar y el zumo de naranja era kas de una máquina. Bueno, al menos comí una napolitana de chocolate medio caliente que acompañé con unas almendras de cosecha propia. Esperaba encontrar un bar para mi anhelado zumo pero no fue así.

Bien pronto hacia Riquewihr donde cada minuto que pasaba veía el vendabal de personas que se me venía encima. Venga a venir autobuses y coches. Y si, se convirtió en Besalú a lo alsaciano, lo que unido al mercado de Noel me dejó un sabor de boca agridulce. A las once estaba camino de Ribeauville. Allí la cosa parecía ser más de lo mismo pero después de un paseo calle arriba (como en las fiestas de Velilla) con buen ambiente navideño la cabra tiró al monte donde se vislumbraba un castillo en ruínas pero fuera de la civilización. Y por qué no? Empecé a poner ritmo frenético y pasé como un huracán al grupo de alemanes que más tarde tuvieron la deferencia de sacarme una foto con el objetivo al fondo. En cada curva del bonito sendero de subida me paraba e imaginaba como trazaría bajando con la bici: enfermo del btt? Quizas… Que conste que me encontré uno por allí arriba. Muy buena pinta tiene esta zona para disfrutar del mountain bike. Pero dejemos las dos ruedas y usemos las dos piernas para bajar probando a ratos como respondían mis tobillos.

Mientras tanto había llegado la hora de probar la gastronomía alsaciana y entre mi intuición de viajero y el continuo entrar y salir de personas de un restaurante decidí entrar en uno en el que probé un licor blanco que nada tenía que envidiar al famoso orujo de Potes.

Será el licor o mi predisposición a dejar volar la imaginación pero el gentío que aún deambulaba por allí no me molestaba. Por momentos conseguía imbuirme del espíritu medieval: gaiteros y timbaleros disfrazados tocando música de antaño, jabalí cual hormigonera sobre el fuego, afanados hombres del campo convirtiendo manzanas en zumo calentito, hombres de armas haciendo sonar un cuerno auténtico (o eso parecía).

Definitivamente el día iba de menos a más y me dieron las 5. Entonces decidí que había que buscar un hotel camino del castillo “Haut Koenigsbourg”, según dicen la mayor atracción turística de la Alsacia. Ya me imagino como estará mañana a pesar de ser un día laborable lluvioso de noviembre. Tras varios intentos fallidos volvía a tener suerte y di con un hotelito agradable a 9 km del castillo en plena carretera de montaña. Estaba en el pueblo de Tinnerkirch (o algo parecido). En la acogedora sala de tv y acompañado de una cerveza de Noel escribo la crónica del día y me conecto al Facebook a ver quien anda por ahí. Gustavo, mi compañero como consultor novel en DTI responde al mensaje que dejo en mi muro y recuerdo aquel año en Madrid volando cada semana a Asturias. Primer día de trabajo con el “Comité de Dirección” del Horno de Aceralia y captando estímulos como una esponja. Tarde varias semanas en abrir la boca y a juzgar por los comentarios de nuestros interlocutores en Aceralia cuando lo hice fue con buen criterio. Gran escuela fue mi experiencia allí.

Después del fugaz paseo por mi añorada Asturias vuelvo a Alsacia y poco queda del día salvo recogerme a mi habitación a darme un buena ducha e intentar hablar un rato con mi mamá a quien también hecho de menos. Mañana quiero estar bien pronto entre los muros de la fortaleza alsaciana…

UN DIA DE CONTRASTES

Buen despertar atisbando los primeros rayos de sol en todo el viaje y sin pausa al desayuno que fue poco variado pero bueno.

Son las 9 y cuarto y ya estoy en la entrada al castillo donde barre una señora, a la que le pregunto si está cerrado. Su respuesta me permite entrar extrañado porque no pago. Yo creo que me confundió con uno de los muchos trabajadores que por allí rondaban restaurando el castillo y me lo confirma un currante que me pregunta por no se qué de la electricidad. Le gesticulo que soy visitante y unos metros más allá me caza un trabajador pero del servicio oficial del castillo que me invita amablemente a volver a la salida y esperar a la hora de apertura de la taquilla.

Tarifa reducida (6 euros) porque la mitad del castillo no esta visitable. A mi lo de seguir el trayecto marcado no me agrada y paso por encima de una cuerda aunque tampoco me permite ver nada excepcional. Casi todo está cerrado y para colmo cuando me salto otra cuerda en una de las estancias del castillo para mirar por la ventana suena un detector de presencia. Ahí empezó la parte más divertida porque además del detector me di cuenta que había una cámara. Vamos que tarde o temprano aparecería un segurata y me engancharía de las orejas. El primero no debió haber dado marcha atrás a la grabación y como me uní a una pareja pasó sin parar. El segundo, el mismo que me cazó antes, y que debía ser el más avispado si me había visto y me advirtió. Ahí empezó y terminó lo entretenido de la visita porque después de 10 minutos a pie ya no había más que ver. Así que me puse como una moto con uno de los que estaban en un garita de control. “Esto es todo lo que hay que ver pagando 6 euros?” Al final resignación y una dedicatoria especial en el “libro de oro” del castillo. Me sentí igual que un guiri estafado cuando se sienta a comer marisco en la costa brava.

Pues como un buen turista algo tenía que comprar para resarcirme de la decepción anterior así me aleje del circuito habitual y en un pequeño pueblo botellita de vino blanco y más adelante a probar gastronomía típica en restaurante recomendado. La cosa no empezaba bien cuando quien me recibió me dijo que no era posible. Ante mi insistencia (había solamente una mesa ocupada) me ofreció una mesa un poco desubicada. Poco a poco empecé a atar cabos. A saber, la única mesa estaba ocupada por 6 hombres. Detrás de mí entró un mujer pidiendo mesa para dos y “va a ser que no”. Otra pareja de hombres que pasa. Pero hasta que no entró la tercera con uno bastante a lo guay no acabé por constatar que era una restaurante de ambiente. Finalmente entró una pareja mixta aunque la mujer con cuello alto y facciones de hombre…Es cierto que había una mesa de 3 (la hija y los papás) y otras de 4 (dos hombres a un lado y los papás? a otro). Ah! y un españolito solo con cara de ser poco gay. Lo cual me recuerda una escena similar en Swindon hace varios años cuando estaba igualmente de formación para mi anterior empresa. Después de la sesión del día inquieto yo por conocer lo que me rodea me adentro en el único pub abierto y pido una cerveza. Era un karaoke y tras la primera actuación que presencio veo que el cantante hace carantoñas a otro al acabar. Rápidamente observo que son todas parejas homosexuales y alguno desparejado como yo apoyado en la barra con mi cerveza. Supongo que como ya he dicho no hago cara de ello y nadie se acercó a tantearme.

Por cierto, la comida buena. Incluso el helado de vainilla a la pimienta sobre mar de licor de naranja

Ahora ya estába en condiciones de visitar la capi de Europa, Strassbourg.

Como viajero medio experimentado me había informado que la mejor manera era dejar la furgo en unos parkings que hay a las afueras al lado de paradas de tranvía. Además podía estar el tiempo que quisiera por un módico precio. Total que a las 2 y media estaba pateando la ciudad. A la media hora me paro, miro el plano, pienso y finalmente me decido a coger una de las barcazas que surcan el canal y que además me llevaría allá donde los grandes estrategas deciden nuestro futuro, el parlamente europeo. Fue una relajada manera de hacerse una composición de lugar para más tarde dar el último paseo, sobre todo, por los alrededores de la catedral. El mercado de Noel me persigue allá donde vaya y también algún español e incluso catalán. Entre tanto ya me había hecho al horario europeo y a las 5 estaba tomando un chocolate (esta vez sí) caliente con un pastel de Noel. Poco más tarde había apurado mis últimos minutos por la ciudad y estaba en el tranvía de vuelta para conducir hora y media hasta Heidelberg.

De nuevo escribiendo mis experiencias del día mientras la lluvia golpea el techo de la furgo y con la incertidumbre de si aparecerá mañana un gendarme para advertirme con un papelito de unos 20 euros (eso me ha dicho el chico que he preguntado sobre como ir al casco antiguo) que el lugar donde estoy aparcado es para residentes.

Mañana se desvelará el secreto y mientras tanto yo intentaré dormir sin hacer mucho ruido para pasar inadvertido.

HEIDELBERG (CIUDAD PARA DESCUBRIR)

A las 8 arriba, vuelta alrededor de la furgo y ninguna nota ni cepo. Además estoy donde aparque así que la grúa tampoco pasó por aquí. Llevo toda la noche con mensajes de mi vejiga y a toda prisa buscando un lugar que iba a ser la gasolinera de al lado. Puerta cerrada, adentro a pedir la llave que muy gentilmente (pero sin variar el gesto) me proporciona el dependiente. En agradecimiento le doy 40 centimos de la vuelta de comprar mi desayuno, zumo y croissant de jamón y queso.

Después de unos minutos titubeando sobre que hacer con mi medio de transporte opto por dejarle donde está y confiar en la diosa fortuna que hasta ahora no me ha ido nada mal.

Una cosa que me ha sorprendido es que todo el mundo al que he preguntado en la calle habla inglés, afortunadamente, porque aquí no puedo ni chapurrear el alemán.

Heidelberg es una ciudad de tipo medio con industria como por ejemplo las máquinas Offset del mismo nombre y que hasta no hace mucho veía cada día por mi trabajo. También se siente el ambiente universitario y al final después de caminar 40 minutos y preguntar dos veces conozco la parte antigua que al igual Girona también tiene. Lo cierto es que el comienzo es un estilo La Roca pero hay que saber buscar y finalmente al pie del castillo está la parte más auténtica.

Escaleras arriba para adentrarme en la zona de bosque primero y el exterior del castillo después. Previo pago entro y la primera imagen que captan mis ojos es fascinante, lástima que un incendio y algún que otro contratiempo de la época no permitan verlo tal y como era originalmente. Paseo relajado dejando volar la imaginación hacia los pasados habitantes del castillo e intentando visualizar sus quehaceres cotidianos. Un enorme tonel me da una idea. De hecho nos cuenta la guía (en inglés para ir calentando motores de lo que me espera mañana en el curso) que como el agua estaba contaminada lo hacían todo a base de vino, incluso ducharse.

Finalizada la visita y aprovechando el bosque aledaño me doy una trotadita sin apenas sudar y de vuelta para la zona antigua. Es aquí donde más me recuerda a Girona porque hay que saber encontrar lugares con encanto que los hay. Me refiero a donde tomar un te, cerveza, cocktail, etc en un ambiente “místico”, alegre, auténtico. Hay donde elegir. La sorpresa del día sería ver como una barcaza de dimensiones importantes pasaba por una esclusa y en cuestión de segundos se elevaba un par de metros para salvar el desnivel del río. Era algo que como ingeniero quería ver y me costó una buena carrera porque no llegaba a tiempo. De vuelta me acordé de una conversación que mantuve con Juanma en la Chuleta, bar de tapas de mi querido pueblo. Juanma deportista y bueno de joven me decía que el día que tuvo que subir unas escaleras a una torre de control y llegó con la lengua fuera decidió que era el momento de mover de nuevo el esqueleto y me enganchó a mí. De eso hace alrededor de 4 años, después de llevar ocho sin hacer deporte de manera regular desde que colgué los guantes. Y ahora después del sprint volvía sin jadeos ni sudores, justo un momento después de haber ingerido un bratwurst y una cervecita.

Feliz por ello y por los momentos vividos continuaba mi camino de vuelta a la furgo zigzagueando para no repetir calles ya caminadas. Allí seguía mi fiel compañera que me llevaría al hotel en Bad Soden am Taunus. Me costó menos llegar al pueblo que una vez allí encontrar el hotel, pero por fin pude instalarme y salir a por una cena típicamente alemana. Aquí cenan entre las 6 y las 7 porque ya llevan dos horas sin luz. Esta tarde cuando paseaba a las 2 y veinte parecía que quería anochecer.

Yo me subí al hotel a las 8, escribí estás líneas, me conecté al face un rato y a dormir. Mañana se abre un paréntesis laboral en mis vacaciones del que obviamente no haré mención en mis memorias. Hasta pronto!

SOBRE LOS ALEMANES

Es cierto que prometí no hablar de trabajo pero no puedo dejar pasar por alto la confirmación de algunos tópicos:

- cuando en Alemania se dice que una reunión empieza a las 8:30 quiere decir exactamente eso no como en España que la gente llega a las 8:30 y se empieza a eso de las 9 mientras alguno llega y el resto se van porque para estar allí esperando… Así, precavido de mi estaba entrando en el impresionante edificio de P&G a las 8:20. Pero hay más si la comida es a las 12:30 a esa hora se para la explicación y ya continuaremos después

- todo lo tienen milimétricamente planificado y preparado, así que no se da la típica escena del presentador diciendo: “donde tenía este archivo…” o “esto no va”, etc. La sala de reuniones digna del mejor congreso de alto standing con una sala anede control de sonido y una persona al principio por si acaso algo falla. En el primer cofee-break hubo colapso porque éramos muchas personas y una sola cola. Para la comida tema solventado con dos colas. Y podría seguir contando.

- son metódicos pero también cuadriculados, así que si en el restaurante pides un vaso vació porque quieres tomar una ratafia (tenía una petaquita en el bolsillo) te miran con una cara de “no se que me pides” y has de insistir dos veces pero no por la ratafia sino por el vaso pequeño vacío. Ya saben lo que es pero no está dentro de su patrón de comportamiento. En España, a pesar de no ser habitual la respuesta hubiera sido “enseguida se lo traigo”, en definitiva sabemos improvisar cuando es necesario

Os imaginais aunar ambos caracteres. Por cierto, beben más cerveza que nosotros agua y vino juntos.

REFLEXIONES VITALES EN FRIBOURG

Anoche después de despedirme de unos compañeros de curso polacos -con los que compartí fugaz visita a Frankfurt- y tras dudar si dormir en Baden Soden cogí mi compañera y carretera hacia Fribourg. Un poco antes de llegar a Kalsruhe el sueño llamó un par de veces y paré en un área de servicio a dormir.

Buena idea la de los alemanes de habilitar zonas de parking en las afueras de las grandes ciudades y justo al lado de una parada de tranvía. Sin ningún tipo de stress por donde aparcar y “para donde voy” estaba a las 11 pateando Fribourg. De nuevo el ambiente navideño en alemania me sorprende y por fín me decido a probar el famoso vino caliente (gluswein o algo parecido) acompañado como siempre de un delicioso bocadillo de salchicha y rematado con un segundo vaso de vino y un pastel.

Ese medio litro de vino caliente casi me hace levitar por las empedradas calles del casco antiguo. Acertadamente eso fue después de subir a la torre de la catedral que dicen es una de las más bonitas de estilo gótico de Alemania y que me permitió tener una visión de hacía donde debía moverme.

No solo hay historia en Fribourg sino que se palpa un gusto por la buena gastronomía (la casa española es un buen ejemplo de ello) y me atrevería a decir en el poco tiempo que estuve que es bastante cosmopolita, a lo que ayuda un gran número de universidades. Con una de ellas me topé y quise probar el elixir de la eterna juventud. Allí estaba yo a las 2 de la tarde tomando café rodeado de veinteañeros universitarios: los que repasaban mientras toman un café, los que simplemente charlan sobre que harán este viernes noche, los que aprovechan el buen ambiente y el calor para comer una pizzas que traen de no sé donde. Que tiempos aquellos…

Tras el paréntesis recupero la normalidad paseando por el extrarradio de la parte antigüa donde me topo con este prodigio tecnológico. Se trata de una bicicleta para vagos porque vas tumbado como en la cama y no vi que diera pedales. Es un detalle más de una ciudad con mucho atractivo.

Momentos antes y en el interior de una silenciosa iglesia me viene el arrebato reflexivo. Cómo he llegado hasta aquí y no me refiero a Fribourg, sino que hitos de mi pasado han condicionado mi actual carácter tranquilo e independiente, feliz con lo que tengo pero sin renunciar a lo que quiero. Fugazmente me vienen a la memoria mis campamentos de verano con los misioneros del "Verbo Divino" que supusieron mi primer intercambio de vivencias personales con quinceañeros que apenas conocía y despertaron mi interés por la naturaleza. Dejar la casa familiar para comenzar la universidad fue también un punto de inflexión y el inicio del camino hacia la independencia. Y a partir de ahí los distintos lugares de España en los que he vivido me han hecho más abierto de mente y tolerante, porque hay muchas maneras de entender la vida y ninguna tiene por qué ser superior a la otra.

Se hace la hora de volver a buscar a mi compañera pasando por el mercado en el que he comprado esta mañana 4 manzanas y mandarinas de pagés a juzgar por lo buenas que están.

Mi intención es dormir in Titisee y mañana bien pronto hacer un trekking por los alrededores del lago en plena “selva negra”. He de reconocer que me llevé un gran susto durante el viaje. La carretera estaba mojada y no paraba de llover y a pesar de la advertencia de curva peligrosa he entrado demasiado rápido (60 km/h) adelantando a un camión y me he visto en el otro carril y pasándome por encima el camión. Finalmente mi compañera se ha agarrado a la carretera y poquito a poco hasta Titisee.

Pero el día aún no había acabado y la suerte o mi desorientación me hicieron ir a parar a un parking que resultaría ser el de un centro lúdico termal. Que hago yo a las 5 y media aquí? Pues a comprar un bañador y para adentro a disfrutar de 3 horas de relajación total. Pensad en Caldea pero alejado del mundanal ruido y con ambiente chill out donde puedes disfrutar de un cocktail o copa de champagne mientras cientos de burbujas te masajean la espalda en una piscina exterior. Sali de allí en el Nirvana pero con hambre, situación que solventaría en mi furgo poco antes de plasmar electrónicamente mis vivencias de hoy.

CAMBIO DE PLANES

La incesante lluvia (la misma que golpeaba mi cara en la piscina exterior anoche) canceló mi trekking por la selva negra, así que caminito de Annecy cruzando Suiza. En un área de servicio pude experimentar lo que es el nivel de precios de Suiza. No me creía que me pudieran cobrar 11,9 euros por un menú McDonalds. Eso sí, había una diferencia en la calidad, pero… Ya en Annecy aparqué justo en una plaza libre que resultó ser de las últimas antes de entrar en zona de pago y no barata según me comentó una pareja que me indicaría hacia donde quedaba la parte antigua de la ciudad. Tras recorrer una buena parte de lago, el mercado de Noel, como no, sería la puerta de entrada a lugares que por momentos me recordaban a Girona. Lo que he ido aprendiendo es que en muchas de estas ciudades las sorpresas más agradables te las llevas alejándote de la marea humana y adentrándote en pasajes angostos y de apariencia insegura, como el que me permitió descubrir un establecimiento de luthier. También pude constatar que es una ciudad con ambiente nocturno que años atrás hubiera disfrutado tomando unas copas pero acabé camino de la furgo a eso de las 6, una hora después de haber anochecido. Una sesión de salsa en un local al lado del lago y que por suerte se acababa a las 6 a punto estuvo de hacerme cambiar de opinión.

Total que estaba dentro del saco escuchando música al principio y recibiendo sms más tarde con el resultado del derby que no pude ver. Realmente lo único negativo de todo el viaje.

LO QUE BIEN EMPIEZA BIEN ACABA

A la mañana siguiente bien prontito en la carretera y descubriendo entre Chambery y Valence una zona que me gustaría volver a visitar. Había decidido salir de la autopista porque hacía un rodeo para pasar por Grenoble y pasé un por una ciudad, Voiron, que bien podría ser el campamento base para expediciones de trekking o btt prealpinas.

El día no tenía otro objetivo que devolverme de nuevo a Olot, excepto comer en Sete unas ostras y sopa bouillavaise en un restaurante que ya había probado años atrás en compañía de Antonio en una expedición a la nieve por Alpes precisamente en esta semana. Después de dos recorridos por los restaurantes del canal había desistido de encontrarlo y pregunté a una transeunte sobre un restaurante. Su recomendación Che Gino no me convenció del todo porque no había venido a comer pasta, así que camino del restaurante volví a hacer el último intento y evuala, ahí estaba. Moraleja: quien sigue la consigue y además con doble satisfacción.

A las 5 y tras una semana inolvidable y no precisamente corta entraba por la puerta de casa.

martes, 15 de noviembre de 2011

Nos vamos de pintxos (a Sanse)

Los muchachos y muchachas del club de atletismo hace tiempo que teníamos claro que correr, pintxos y buena compañía era una mezcla que garantizaba diversión.
Era una de aquellas semanas vividas tiempo a trás cuando te ibas de campamento con los amigos o en mi caso jugaba los tan anhelados maratones de futbol-sala veraniegos. Descontando cada minuto que quedaba para encontrarnos y carretera hacia Sanse. El coche de Agustí lo empezaría llenando yo pero luego se añadieron Su, el Sr. Manel, Albert Pararols, el saxofonista de la vall (Xevi Bartrina) y la srta Artacho. El otro coche también iba lleno con Albert Mata (mi compi en Alzamora), el pibe Bruno, A6 el de tv3, el secre Bullón (alías Patxi), un hombre pegado a un teléfono (Said) y la gacela Girona.
La carrera para algunos no era hasta el domingo, así que había que hacer un buen desayuno a base de coca, chocolate y fuet y parada en una area de servicio entre Sanse y Pamplona para dar buena cuenta de embutido y tortillitas de patata.
Pues nada que ya estábamos en el hotel Aranzazu y sin apenas tiempo para deshacer las maletas pateando por la concha hasta la feria del corredor en el Kursal. Había que recoger dorsales y marujear un poco por los diferentes stands. Al final nos hicimos con una cervecitas por la cara gentileza de Heineken y de vuelta al hotel para acicalarnos y afrontar el primer matchpoint en el monte Igeldo. Allí nos recibió el ertaintza Angel y su pareja para sin más preambulos darle al grifo de txacolí y sidra. Para la mayoría tendría más exito el txacolí pero un error en su manejo por parte de la srta Artacho nos dejó vacío el barril a media cena. Alternativa: el tinto que por otro lado hace buen maridaje con el chuletón que sería el colofón a una buena cena. Eso sí, algunos quisimos calentar motores y nos tomamos unos digestivos.
La bajada sería un tanto traumática para los dos taxistas que subieron a recogernos y se volvieron de vacío. Habíamos decidido intentar el record guiness de atletas en una C3. Aparcamos cerca de la zona de copas. Por más que avisé que se quedarán con la ubicación al ir a buscarlo la parejita estuvo 1hora reconociendo Sanse. Pero antes de eso como bien dice Agustí rejuvenecimos 20 años y reímos, saltamos, cantamos, bebimos,...Entonces nos planteamos la disyuntiva de seguir rejuveneciendo aún más e irnos de discoteca. Pagar 20 euros para encontrarnos con quinceañer@s no nos convenció (aunque yo estuve tentado). Sin embargo, lo de seguir rejuveneciendo no se nos fue de la cabeza y Xevi transformó magistralmente un cono de obra en una obra musical a base de saxofón. He aquí que apareció el diablo Aziz y nos indujo a unos pocos a bañarnos en la concha ante la sorprendente mirada del resto e incluso de espectadores ajenos al grupo. Solo nos quedaba caminar hasta el hotel y despedir un día inolvidable.
A la mañana siguiente A6 se levantó en tono profesional y se fue a rodar a las 8 al grito de: "tu te estabas bañando anoche en la playa, verdad?" La fama le persigue... (no sabes donde te has metido pobre A6). Los demás como mandan los cánones hicimos un buen desayuno buffet acompañados de los jugadores del Basket Manresa que esa misma noche caerían ante el Lagun Aro.
La primera y única división del grupo se produjo en el momento de cumplir con los compromisos familiares: los casados (excepto Mata) de compras y las nenas, Mata y yo de paseíto con la mente puesta en los pinchos. Entre las notas de Su y el prodigio tecnologico que Albert tenía de móvil conseguimos encontrar cuatro lugares de buenos pintxos y txacolí.
Nos quedaba por hacer la buena obra del día: rescatar al presi del terremoto que sacudió el hotel y a fe que lo hicimos compartiendo un café en un bar de platos combinados en el que se encontraba comiendo el resto de atletas. Mira que ir a Sanse y comer un plato combinado...Que se lo digan a Bruno que creo fue el único punto negativo que le puso al evento atlético.
El cuerpo iba pidiendo un poco de descanso así que nos dirigimos cada uno a su habitación? para dormir la siesta. De nuevo otro paseíto por la concha hasta el boulevard y hora de recogernos a cenar que mañana tocaba correr un rato para la mayoría. A todo esto la gacela Girona ya estaba rumiando cada km, concentrado en lo que haría cada minuto hasta el momento del pistoletazo (que comer/beber, cremas, complementos para la carrera,...) mientras nosotros comentabamos andanzas en la cena en el propio hotel.
Esta vez acabaríamos el día paseando hacia el otro lado hasta llegar al final del paseo donde el Sr Manel nos explicaría que por unos agujeros que había cuando golpeaban las holas contra la pared salia aire y podías inflar un parapente. Martina años atrás casi salió volando.
Cuando todos dieron la vuelta los de los pintxos que no teníamos compromisos al día siguiente decidimos tomar el último y esta fue la crónica del sábado.
A la mañana siguiente nervios en la habitación, que si vaselina, esparadrapo, fiosiocrem,.. y deseos de buena suerte para los que se disponían a coger el tren que les llevaría a Irún en cuyo barrio de Behovia salía la carrera. Los de los pintxos chino chano a desayunar a una hora prudencial y andando para el boulevard a ver la llegada de nuestros amigos. A duras penas pudimos porque jamás me imaginé semejante gentío en la calle. Es verdad que corrían 22000 y aunque solo viniera una persona a ver a cada corredor ya salen unos cuantos pero me dijeron los que corrieron que a lo largo de los 20 km era igual. Definitivamente Euskadi es diferente y el running viene pegando fuerte. Lástima que no lo descubrí antes pero espero que me quede correa para rato.
En la llegada las sensaciones eran dispares e iban desde los que estaban un tanto decepcionados por no haber hecho un mejor tiempo, hasta los que estaban moderadamente contentos a pesar de haber hecho un buen tiempo y pasando por los inseparables A6 y Albert Pararols cruzando juntos la meta. En el hotel tuvimos tiempo de hacer una cervecita juntos mientras acaban de ducharse los más rezagados y despedíamos a la parejita que seguiría disfrutando de Eusaki unos cuantos días más.
En el viaje de vuelta continuo el buen ambiente justo hasta el momento de despedirnos en el que me embargó un sentimiento de nostalgia por los buenos momentos pasados y saber que tardaremos en repetirlos. Pero siempre nos quedará la calçotada, la mar i Murtra, los entrenos vespertinos del sábado,...
Conclusión: un finde en el que reímos como nunca e incluso rememoramos tiempos pasados, pero dudo que mejores.