Para mi, claro está, eran caran nuevas muchos de los que se dieron cita hoy a las 7:30 en el Consum, pero en realidad el más nuevo en estas lides era yo. Ocho éramos y 5 coches iniciaron su marcha hacia Tortellá. Quien diría que estamos en crisis pero parece que la "mandra"(pereza) por cambiar las bicis pudo más que algún euro de gasolina.
Por una pista asfaltada a tramos comenzamos a pedalear en dirección a la tossa de espinau. El día anterior había estado corriendo media hora con nuevas caras también y parece que las piernas lo estaban pagando o es que el ritmo impuesto por la cabeza del pelotón era demasiado para mí. Así que pronto empezaría a quedarme atrás con Jordi y Martí. Primer agrupamiento mientras una procesión de coches subía y nuevamente cada uno a su ritmo hasta que paso lo que nadie esperaba: la suspensión de la Scott de Jordi hizo "trek".
He aquí lo bueno de ir en grupo, rapidamente surgieron ideas y finalmente una llave allen obró el milagro y permitió a Jordi coronar la tossa de espinau donde hicimos foto de grupo y repaso geográfico por gentileza de Joan Cargol. Ei que se ve el refugio de Batera, aquel al que llegamos pasando penurias montaña arriba, granizando y con las bicis "colgadas a la espalda", pero ahora era gratificante recordarlo. Por el otro lado, teníamos una vista excepcional del golfo de Rosas.
Definitivamente había merecido la pena dejar las bicis 200 m más abajo y subir caminando. Ahora quedaba deshacer el camino coger las bicis y pedalear de nuevo hasta Lliurona, según parece, ahora colonia de hippies y poco después nos despedíamos de Jordi y Martí. Antes la llave allén habia dicho "hasta aquí aguante" y fue respuesta por otro de mayor contundancia al parecer y que permitió a Jordi llegar al coche. Pere Serrat así lo confirmaba tras recibir su llamada lo cual fue un motivo de alegría para todos.
Pronto llegarían momentos de sufrimiento para mí hasta coronar el coll de Fatja (o algo parecido) porque nuevamente volvía a cola de grupo pero con gregario de lujo: Joan se quedaba para que la subida se hiciera más amena mientras charlábamos, él más que yo porque no me sobraba energía. Después de coronar y una pequeña bajada el grupo volvío a dividirse. Santi y Narcis (crack en el manejo de la bici) iban a cumplir sus compromisos familiares y nosotros nos enfilábamos hacia la ermita de Monteia. Allí haríamos una paradita de esas que tanto agradan a Pere para comentar las diferente motivaciones de los que hacemos btt. Hay quien busca ir a tope sin importar que el resto quede atrás, otros disfrutar del paisaje y la compañía. Los que quedábamos pertenecíamos mayormente al segundo grupo y habíamos decidido llegar a Tortella por un sendero en lugar de hacer la pista de bajada. Lo que no sabíamos es que nos tocaría no sólo empujar la bici sino hacer biciescalada para sortear los últimos metros de ascensión antes de coger el sendero pedregoso hacia Tortella.
Y mientras bajábamos tuvimos el segundo momento desagradable del día: Pere recibió una llamada que le informaba que su padre había sido hospitalizado. Espero que todo haya quedado en un susto y el cava, coca cola y demas alimentos pecaminosos desparezcan de la dieta habitual de su padre para alegría de su familia.
Así que nada más llegar a Tortella cargamos mi bici y la de Pere en mi furgo y para casa que la aventura de hoy había llegado a su fin alrededor de las 16:00