martes, 26 de octubre de 2010

Vuelta a Aragón (II)

Definitivamente el día no comenzaba bien. El viernes, día de nuestra llegada, había llovido y mucho, así que el río se levantó enfadado el sábado. Afortunadamente ya habíamos planeado que la primera etapa sería larga y la del domingo cortita porque el saturday night queríamos tomar una copita por aquello de compaginar deporte, naturaleza y vida social.

Por una pista bien planita llegaríamos a Boltaña, un pueblo bien guapo y como ejemplo esta balconada.







Pero resulta que al final ni copas hubo porque a Joan no le hace mucha gracia y yo una vez que enganché la cama no tuve ... de levantarme. Así que estaba fuerte para intentar la subidita en cuestión y finalmente lo conseguí. Otra cosa sería las menos pronunciadas pero más interminables que vendrían luego. A mi se me atragantaron y en un abrir y cerrar de ojos vi como Joan desaparecía de mi vista. Para mí que tenía una moto bici. Esa trek fuel tiene algo que Joan no me ha dicho...





Joan ya se me anticipó con el cubremochila pero una vez coronamos y vi el percal yo también enfundé la mía. Afortunadamente el tiempo no la tomó con nosotros y no paso de nublado con algunas tímidas gotas que no nos obligaron a hacer uso de nuestro chubasquero










Como en toda buena ruta elaborado por Joan no podía faltar la bajadita divertida y el encanto de pueblos de montaña. En esta ocasión acompañado del contraste de colores propio de esta época del año.























Y ásí es como por un terreno cada vez más embarrado llegamos a nuestro destino, Ainsa. Y he aquí que teníamos un problema logístico, a saber donde cambiarnos. Afortundamente mi furgo hizo de improvisado camerino y como gatos en tintorería nos aseamos con una toalla vieja que yo tenía. Plato combinado en el Hostal Pirineos, nuestro lugar de alojamiento las dos noches anteriores y en marcha para el Hotel Campin Bielsa, campamento base para nuestras dos próximas aventuras.
































domingo, 24 de octubre de 2010

Vuelta a Aragón (I)

La primera etapa -vuelta a la peña montañesa- comenzaría en Oncins pequeño y bonito pueblo al que llegamos en media hora desde Ainsa y después de una carretera apta para amantes de las curvas. Resulta que era la fiesta y aunque a esas horas no había apenas coches los pocos huecos que encontrábamos o entorpecían el paso o eran fincas particulares. Así siguiendo las indicaciones de un lugareño ahí quedo la furgo. Hubiéramos aparcado antes en la diagonal... pero seguro que no encontraríamos edificios como éste (iglesia de San Victorian)

Llegado a este punto en el que Joan me inmortalizó surgió la primera duda. El track nos mandaba a la dcha obligándonos a empujar de la bici y aparentemente no tenía sentido porque no había escapatoria hacia ese lado. Por webs tendríamos que volver al camino, así que después de intentarlo durante unos metros reculamos y vuelta al camino; luego pista y finalmente carretera? Pues si a ninguno nos agrada la idea pero hicimos unos 8 km hacia arriba para luego coger un cruce a la izda y empezar la parte guapa del recorrido.




Bueno guapa y dura porque los paisanos que estaban calzándose (supongo que para coger setas y no serían los únicos que nos encontramos) debieron alucinar cuando nos vieron tirar arriba. Incluso yo mismo me sorprendí de lograrlo detrás de Joan. Como bien me dijo después estaba progresando adecuadamente y ya estaba preparado para los Alpes??

Lo que si recuerdo gratamente del sendero es que era en su mayor parte ciclable y además con unas vistas agradables a nuestra derecha La siguiente escala era Viu y desde ahi comenzaríamos la subida de la jornada, ya por pista. Una vez hecha la foto de rigor para que quedara claro a donde teníamos que llegar (el collado que señalo) Joan puso pies en polvorosa haciendo gala de su buen hacer hacia arriba y yo me quedaba clavado en las duras rampas del tramo final.
















Varios coches pasaron pero ninguno se digno en ofrecerme su estimable ayuda


Y todo para que arriba contempláramos este "desalentador" paisaje. Al menos había una fuente que yo aproveché para llenar el bote. Resulta que mi mochila de agua y la que llevaba no eran muy compatibles e inicié la ruta con un solo bote.










Sin embargo, el panorama cambió cuando después de un pequeño tramo de sendero y su correspondiente subida apareció el Sr del Jamón con la bandeja de la cual yo y tras varias dudas caté una loncha de buen embutido. Sin duda que sería buena dosis de energía para llegar a la cima del día donde Joan me explicaba que esos coches que no habían ofrecido ayuda ahora le tentaban a hacer un tramo de bajada delante de ellos para que disfrutaran. Menuda domingueros... que se creían que eramos parte de la atracción de la montaña. El caso es que el sendero que nos quedaba seguía siendo ciclable en su mayoría y poco a poco llegamos a nuestro destino.




Que no era otro que ensalada de queso de cabra, pollo de corral guisado, tarta de queso, carajillo y licor de hierbas casero















miércoles, 13 de octubre de 2010

DOS DE DOS

El mal tiempo nos impidió hacer la 1 de dos que nos hubiera llevado


desde Puigcerdá hasta el refugio del Carlit, inicio de nuestra aventura hoy. La furgoneta de Joan haría el camino que otrora hubieramos hecho en btt. Bien mirado nos evitamos subir pedaleando hasta 2000 m y la excursión de hoy debería ser placentera llaneando como se ve en el inicio por el lago de las Bouillouses y técnica en las bajadas siguiendo en los primeros km el GR 10.
Sin embargo yo tenía la sensación de que hacía más tramo a pie que en bici porque el camino estaba sembrado de piedras y mi nivel técnico aún incipiente a pesar de mis primeras clases de "biketrial" los sábados bajo la tutela de Rai. Todo cambiaría un poco al entrar en la Vall de la Grava donde Joan cogió la bici con ganas y para arriba por delante mío. Bueno todo no había cambiado... la nieve aún esperaba desde el invierno pasado a su colega del invierno venidero. Antes de empezar a subir el tramo a pie que no puede faltar en cada ruta yo me había parado a contemplar el serpentear del río bien protegido por las montañas que luego acabarían sucumbiendo ante nuestras piernas. Si no me equivoco nuestro destino nos llevaría hasta el collado que se vislumbra a lo lejos. Desde allí hasta nuestra llegada pasarían muchas cosas. A saber: bajada divertida y encima de la bici casi todo, parada a reponer en el lago Lanoux y yo pensando en que allí se podría hacer un bonito y salvaje triatlón de montaña. Luego siguiendo los GR 7 y 107 llegaríamos a la presa y el encuentro enigmático con los caballos. Yo le encargaría al Iker Jimenez por qué es la segunda vez que una manada de caballos salvajes viene hacía mi con intenciones poco amistosas. Lo cierto es que Joan primero y yo después tuvimos que recular a recoger nuestras bicis y bajando de nuevo. Y he aquí que yo me caí por enésima vez al pasar por una pedrera y por segunda vez doble el disco del freno. Por primera vez se me calentó la cabeza y dije que se acabó de ir encima de la bici cuando la cosa se ponga difícil, así que el resto de sendero hasta llegar a Porte Puymorens a caminar y ver a Joan bajando. En nuestro encuentro con la carretera hicimos el segundo avituallamiento y por ésta al principio y pista después vamos haciendo fácil camino hasta llegar a Puigcerdá donde mi furgoneta nos llevaría al inicio de la ruta. Ya no eran horas para comer en Francia, así que acabamos comiendo un poco embutido y carne a la brasa con "pantumaca" en Fornells de la Muntanya a una hora más propia de la merienda.