Definitivamente el día no comenzaba bien. El viernes, día de nuestra llegada, había llovido y mucho, así que el río se levantó enfadado el sábado. Afortunadamente ya habíamos planeado que la primera etapa sería larga y la del domingo cortita porque el saturday night queríamos tomar una copita por aquello de compaginar deporte, naturaleza y vida social.
Por una pista bien planita llegaríamos a Boltaña, un pueblo bien guapo y como ejemplo esta balconada.
Pero resulta que al final ni copas hubo porque a Joan no le hace mucha gracia y yo una vez que enganché la cama no tuve ... de levantarme. Así que estaba fuerte para intentar la subidita en cuestión y finalmente lo conseguí. Otra cosa sería las menos pronunciadas pero más interminables que vendrían luego. A mi se me atragantaron y en un abrir y cerrar de ojos vi como Joan desaparecía de mi vista. Para mí que tenía una moto bici. Esa trek fuel tiene algo que Joan no me ha dicho...
Joan ya se me anticipó con el cubremochila pero una vez coronamos y vi el percal yo también enfundé la mía. Afortunadamente el tiempo no la tomó con nosotros y no paso de nublado con algunas tímidas gotas que no nos obligaron a hacer uso de nuestro chubasquero
Como en toda buena ruta elaborado por Joan no podía faltar la bajadita divertida y el encanto de pueblos de montaña. En esta ocasión acompañado del contraste de colores propio de esta época del año.
Y ásí es como por un terreno cada vez más embarrado llegamos a nuestro destino, Ainsa. Y he aquí que teníamos un problema logístico, a saber donde cambiarnos. Afortundamente mi furgo hizo de improvisado camerino y como gatos en tintorería nos aseamos con una toalla vieja que yo tenía. Plato combinado en el Hostal Pirineos, nuestro lugar de alojamiento las dos noches anteriores y en marcha para el Hotel Campin Bielsa, campamento base para nuestras dos próximas aventuras.
Y ásí es como por un terreno cada vez más embarrado llegamos a nuestro destino, Ainsa. Y he aquí que teníamos un problema logístico, a saber donde cambiarnos. Afortundamente mi furgo hizo de improvisado camerino y como gatos en tintorería nos aseamos con una toalla vieja que yo tenía. Plato combinado en el Hostal Pirineos, nuestro lugar de alojamiento las dos noches anteriores y en marcha para el Hotel Campin Bielsa, campamento base para nuestras dos próximas aventuras.